Naty Sosa abandonó anoche las cocinas del MasterChef Celebrity y su eliminación
produjo una gran desazón ya que su presencia era celebrada por todos sus
compañeros, por su gran empatía y energía positiva.
Foto del sitio oficial de MasterChef en Facebook.

 

La eliminación de Nati Sosa produjo el primer gran momento de tristeza en el MasterChef Celebrity. Su despedida se produjo en medio de un “mar de lágrimas” de parte de la afectada y de quienes fueron sus compañeros. Justo cuando el programa retomó su ritmo y ambiente de risas y chistes. Tal vez porque las pruebas y desafíos fueron más fáciles, como preparar vori vori y ñoquis.

El programa se inició como un reguero de chistes, por las originales y jocosas salidas de los participantes, en donde predominan actrices, actores y personajes divertidos. Pero en el cuarto programa, ese ritmo decayó notoriamente cuando los que fueron a eliminación tuvieron que preparar “pavé” y la risa se borró de la cara de los participantes. Y todos fueron conscientes de que las cosas no eran como para reírse.

En la tercera tanda del programa que se inició el lunes, el ambiente de fiesta y jolgorio volvió con todo. Y de nuevo, reinó y abundó la risa, a caballo de los chistes y salidas a que nos tienen acostumbrados. Claro que también ayudó el hecho de que la primera prueba que se pidió a los concursantes era vori vori. El laureado plato de la cocina paraguaya que ha ganado una gran notoriedad nacional e internacional.

De manera que nadie podía decir no haber visto y probado un vori vori en su vida.Seguro que alguno no lo había preparado pero todos tenían idea. Fue así que el proceso de preparación del plato no arrojó ningún detalle llamativo que destacar. La atracción del espectador se detenía en lo que decían los participantes, en los chistes que compartían y en sus acostumbradas salidas.

Todas las parejas, en las que se dividieron para competir, cumplieron la consigna, terminaron y presentaron un plato de vori vori, cada cual con sus particulares cualidades y sabores. Según la apreciación de los miembros del jurado todos coincidieron en que las bolitas de vori vori estuvieron un poco duras, con falta de cocción. 

Por pequeños detalles subieron al balcón, en el siguiente orden: Peque Bnítez-Epifanio González; Albert Benítez-Jaime Zacher; Ramón Silva-Fátima Román y Mariano López-Cami Flecha. Para la ronda de eliminación quedaron, Nati Sosa, Lourdes García, Leryn Franco, Karina Grau, Yenny, Bruno Sosa, Jessica Torres y Gustavo Cabañas.

Las ocho celebridades que compitieron para no dejar el programa tuvieron que cocinar: ñoquis. Un plato muy conocido, que no tiene mucho grado de dificultad. La única que desde el comienzo se sintió descolocada fue Nati. Se bloqueó, se puso nerviosa y constantemente tuvo que recurrir a la ayuda verbal de sus compañeros que estaban en el balcón para encarrilar su trabajo.

Un desorden general se apoderó de su espacio de cocina y se atrasó mucho lo que aumentó su desconcierto. Llegó a tiempo para terminar y presentar su plato. Pero, se podía adivinar que el resultado iba a estar complicado para ella. Era consciente de sus falencias. Ella misma reconocía que no un buen día. Solo había que esperar para ver que tal anduvieron sus demás compañeros como para estar seguros del resultado.

El mejor plato correspondió por igual a Lourdes García y Jessica Torres. El tercer lugar correspondió a Karina Grau y el cuarto a Leryn Franco. El quinto puesto fue para Yenny y el sexto para Gustavo Cabañas. Y por último, se quedaron en el pelotón de fusilamiento los Sosa: Nati y Bruno. Se salvó el segundo y Nati tuvo que emprender el camino de la retirada con una estela de profunda tristeza.

A José Torrijos se le hizo un nudo en la garganta cuando debió anunciar el veredicto y se notaba que hacía un gran esfuerzo para evitar que le brotaran algunas lágrimas. Euge Aquino llamó la atención sobre el profundo silencio que se produjo en el alborotado balcón cuando se conoció el resultado y Federico Scappini destacó la extraordinaria energía contagiosa que emana de la persona de Nati.

Las lágrimas brotaron por doquier y los compañeros que estaban en el balcón se bajaron para abrazar y despedir a su compañera. Parecían esos jugadores de fútbol que se abalanzan sobre el compañero que convierte un gol. Era una mezcla de despedida triste pero festiva, como pocas veces se vio en MasterChef, en ocasiones similares. Y es la nota “ciclotímica” o hasta si quiere “bipolar” que va adquiriendo la presente edición del programa.

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