Hace unos años ya vino. Hacía periódicamente el tramo Paraguay-Grecia, Grecia-Paraguay. Iba nada menos que a la célebre isla de Mykonos. Dejó de viajar cuando cerraron allá el restaurante donde trabajaba. Y de vuelta acá, comenzó a trabajar en restaurantes, a explotar el catering, explorar lo del Chef en casa y ahora está preparando algo así como un restaurante privado, pero no quiso adelantar nada.
A pesar de su rodaje, Diego Fernández Sacco, es aún joven, 39 años, soltero, un hijo. Su madre es la conocida Susy Sacco, pero el reconoce que el baile no es lo suyo. A los veintitantos años comenzó su itinerario internacional. Durante los intervalos que vivía en nuestro país, participó en varios programas de televisión y entrevistas en la prensa, haciendo gala de una gastronomía, mezcla de mediterránea y criolla.
Se formó gastronómicamente con el maestro italiano Adriano Pastrone, en la Federación Italiana di Cuocci y terminó trabajando con él y “así fui dando mis primeros pasos conociendo diversas técnicas». En el 2004, viajó al Uruguay donde estuvo una temporada y al volver trabajó en varios restaurantes hasta el 2007. Allí pegó el gran salto. Hasta la isla de Mykonos, en Grecia, un importante centro turístico a nivel internacional.
Estuvo hasta el 2010 y de vuelta a casa, entre otras cosas hizo televisión y en el 2014, vuelve a Grecia, al mismo restaurante, Uno con Carne, junto con Carlos Waldino Riveros, un “colega, amigo y hermano”, quién fue el que le inició en esta aventura. Waldino participó en la primera edición de MasterChef Profesionales Paraguay.
“Allí en la isla tuve la oportunidad de montar un local aparte y de incursionar en otros recintos. El restaurante “Uno con Carne” fue desde su inicio un gran proyecto que tuvo sus frutos a nivel de logros internacionales. En el 2010 fue nombrado como uno de los mejores “8” recintos gastronómicos del verano europeo, según la encuestadora gastronómica francesa Sagat”, nos cuenta Diego.
Mykonos, es uno de los centros europeos donde se da cita el jet set internacional. “Tuve la suerte de cocinar a personas que admiro y las seguía hace tiempo” dice modestamente, pero es sabido que entre sus comensales figura Leonardo Di Caprio, “como otras personas a las que las fui conociendo luego, quizás más que nada por los lugares donde me toco cocinar y la magia de esta profesión”.
“Durante mi carrera me ha tocado aprender diversas cocinas tales como la italiana, la española, la criolla, la brasileña, la peruana, la de distintas etnias orientales, la mediterránea, la cocina madre del Egeo, la cocina griega y por supuesto la paraguaya que habita dentro de la cocina criolla”, nos dice al hablar de las influencias gastronómicas que recibió. Y agrega: “también me ha llamado siempre la atención y mucho, los cortes de carne, los mariscos, las variedades de tomates, aceites y especias”.
Diego reconoció que por los lugares donde anduvo, poco o nada conocen acerca de la gastronomía paraguaya, pero las veces que tuvo ocasión de cocinar platos nuestros, la aceptación siempre fue unánime. “Cocinando en el extranjero, cada vez que se podía, trataba de fusionar con cocinas de otras partes”, nos dice.
En Paraguay, trabajó en restaurantes tales como El Exilio de Gardel, Papparazi, Tramonto, Sheraton Hotel, Larios y últimamente Le Parisienne. De momento, nuestro entrevistado, se queda en nuestro país desarrollando servicios de caterings con menú variado. Incursionó también con éxito en lo que se da en llamar el Chef en casa y está desarrollando un proyecto sobre el cual no quiso aun soltar prenda pero que denominó Restaurante Privado.
Son locales gastronómicos, con una capacidad limitada, muchas veces en caserones o en la misma casa del chef, que ofrece un menú variado pero distinguido. Un ejemplo de este tipo de servicio se desarrolló el verano pasado en San Bernardino: El Privado. Que se concrete el proyecto.