Cuando se realiza un evento similar a la Expo Vino, tiene que estar a la altura. De lo contrario queda a mitad de camino, como ocurrió con el reciente Drinks & More que no tuvo la concurrencia deseada pero tampoco el nivel esperado. En una feria para cuya promoción se utilizan las palabras Premium y gourmet, estas condiciones tienen que estar presentes en toda su expresión y no fue el caso. Duele… (permiso Pablo Herken) decirlo pero hay que decirlo.
El Drinks & More del año pasado tuvo más público. Pero esta situación hay que atribuir quizás, antes que nada, a la situación económica del país. No contamos con los datos precisos pero la evaluación era bastante obvia. El gran salón del Talleyrand Costanera estuvo más holgado, ajeno a las aglomeraciones que suelen caracterizar a estos acontecimientos. Aun así era un concurrencia respetable.
Había de todo para tomar, cervezas, whiskies, destilados varios, vinos blancos, rosados y espumantes. Es decir todo aquello que uno no encuentra en la Expo Vino. Solo que no con la misma categoría ni variedad. En la Expo Vino uno se topa con lo mejor del mercado, en vinos tintos, solo no están aquellos que son muy caros y exclusivos. De allí para abajo hay de todo, incluso novedades y primicias. Drinks&More es una copia, que todavía está lejos del original.
Paraguay, teóricamente por su alta temperatura, debería ser un paraíso para los frescos vinos blancos, rosados, espumantes y champagnes. Y esta es la mejor oportunidad para mostrar que también existen buenos ejemplares en esas variedades. Pero lo que se presentó, en esta oportunidad, fue casi de compromiso. Claro que, varias importantes empresas importadoras no estuvieron presentes en la feria.
Casi lo mismo, puede decirse, de los otros tipos de bebidas, por ejemplo, cervezas y destilados. No existió una gran variedad y tampoco estuvo presente lo más granado. Con honrosas excepciones, pero lo que debió primar es la regla, no las excepciones. Y lo más excepcional para nosotros fue el Ron Don Gustavo, producido por Fortín, que ganó recientemente medalla de oro en un certamen internacional. Un nacional (el otro fue cerveza Sajonia) que más o menos eclipsó a todos los importados presentes.
Otro tanto, puede decirse respecto a la gastronomía. Lo que se exhibió y degustó en Drinks&More no es lo mejor de los productos que importan las empresas que participaron. El servicio gastronómico que fue oportuno, abundante y cumplidor, no estuvo, sin embargo a tono con palabras tales como gourmet o delicateses, que se esgrimieron en las promociones del evento. De nuevo, hubo excepciones, regla no.
El concepto de Drinks&More es muy interesante y atractivo. Es la otra Expo Vino, su otro yo. Debería tratar de alcanzar y tener su mismo nivel de excelencia. Ambos eventos están organizados por las empresas importadoras nucleadas en la CAPRO. Pero no debería utilizarse como un simple escaparate para promocionar aquellos productos que no entran en la Expo Vino. Sino que debería llevarse lo mejor.
Cuando nació la Expo Vino era una especie de rejuntado. Poco a poco comenzaron a elevar la vara, exponiendo solo productos con precios superiores a 50.000 guaraníes, luego solo Reserva hasta convertirse en lo que es hoy. Ese destino también le espera a Drinks&More, seguramente está quemando etapas. El evento es una necesidad y tarde o temprano llegará a imponerse como su hermano mayor. Y hasta puede disputarle la supremacía porque su mundo es más amplio, por lo que las líneas que anteceden más que una descripción tratan de se ser una aspiración.
De todas maneras, creo que todos habrán salido conformes porque hubo de todo y para todos los gustos. Sobre todo nosotros, que a la hora de los postres, encontramos un ponche de ron muy amigable y de baja graduación alcohólica, que nos permitió repetir y cuya inspiración caribeña nos hacía transportar a Kuba.