André, de chico, odiaba la churrasquería. Como siempre se aplazaba para febrero, de castigo, sus padres le obligaban a trabajar allí durante las vacaciones. Cuando terminó el colegio no quiso saber nada del negocio familiar y formó su propia empresa. Su mambo era la noche: shows, discotecas, bares. Le gustaba la comida de la churrasquería pero no el ambiente. Un día despertó y se dio cuenta que llevaba el rubro en la sangre, tenía una marca de 30 años y había un boom gastronómico. “Mira donde terminamos”, dijo mostrando la extraordinaria transformación que le imprimió a Acuarela, la primera churrasquería del país.
De la vieja churrasquería no quedó casi nada. El mismo lugar, el nombre, el espeto corrido y… para de contar. Tuvo un giro radical. Hoy se convirtió casi casi en un restaurante cinco estrellas. Un local gastronómico finamente ambientado y decorado. El buen gusto sustituyó al “populacherío”. El gran tinglado con mesas y sillas monocordes, que generalmente alberga a los espacios de este tipo dio su lugar a rincones, sectores y ambientes diferenciados con cierta gracia y buen gusto. Incorpora como una novedad absoluta, una gran barra, casi en la zona central del salón principal.
La parte gastronómica también dio un giro casi de 180 grados. Sigue el espeto corrido de carnes, pero ahora se le suma el de pizzas y pastas. Aumentó la cantidad de buffet de comidas calientes y ensaladas. El sector de postres incluirá una cascada de chocolate así como la preparación de platos en vivo. Y los helados están incluidos en el precio del servicio, es decir se le puede “entrar” con un tenedor libre.
Retomemos aquí con André Oliveira, hijo de Valdinarte Cardozo De Oliveira, el creador de Acuarela, quién en junio del 2014 ya nos había anunciado que tenían preparados una sorpresa. Sorpresa habrá sido la que se llevó él cuando vio por primera vez la transformación de su churrasquería. André que curte mucho el negocio del entretenimiento nocturno, se hizo cargo del negocio familiar junto a su empresa New Vision, que entre otras cosas explotó las discotecas Kandi, Glam y ahora tiene a su cargo Ox, el bar Once15 y está preparando un gran paseo gastronómico sobre la Avenida Aviadores del Chaco.
Reconoció que aprendió mucho cuando en su juventud pasaba las vacaciones trabajando en Acuarela y a medida que iba madurando se fue apasionando con la gastronomía. Y entendió que estando nuestra ciudad en el boom de la gastronomía no podía dejar de aprovechar aquello que llevaba en la sangre. Y hace un año y medio toma la posta. Acuarela dejó de ser una empresa familiar y ahora es una marca más de New Vision. Sus padres se jubilaron y están como accionistas de la empresa.
“Manejamos el negocio con una visión distinta. Queríamos hacer algo más fino, una experiencia más completa. Y nos propusimos hacer todo al revés. Que el ambiente sea 1.000 veces mejor que la comida y que tengamos que superarnos todos los días con la comida para poder igualar ese nivel. Esa fue nuestra apuesta”, nos dijo anoche mientras recibía a los invitados que llegaban para la apertura del local.
“Hoy el cliente te exige un estilo gourmet. No es más el trago, es la coctelería; no es más la carne, son los cortes; no es solamente la comida, son los insumos que se utilizan y de dónde vienen. Creemos en eso. Estamos evolucionando y lo que estás viendo es solo una parte, vamos a trabajar constantemente para sorprender a la gente. Habrá un trabajo muy fuerte detrás de esto. Con participación de reconocidos chefs, ciclos de gastronomía de distintos estilos del mundo, queremos que sea un símbolo de buen comer en Asunción”, agregó.
La transformación arquitectónica que recibió fue casi total. Se preservaron los techos y las estructuras principales. El frente presenta la aplicación de algunos materiales (chapas perforadas) que definen el estilo del local: retro industrial. Y puede apreciarse cómo el juego con la iluminación será determinante en la definición de los distintos ambientes. La semi oscuridad permite percibir desde afuera las características de un interior que se muestra cálido y claro.
La intervención más importante constituye la construcción de una gran barra que cumple varias funciones. Una zona de espera para los clientes que no tienen lugares disponibles, un servicio de alta coctelería para los amantes de los tragos (New Vision es especialista en el tema) y finalmente la idea es que facilite la creación de varios espacios y rincones para romper la impresión de galpón que caracteriza a las churrasquerías. Para lograr este objetivo se juega también con la disposición de mesas en diversos formatos, cuadrados, redondos, rectangulares. Los muebles y sus colores varían de acuerdo a los sectores donde están ubicados.
La idea general de la ambientación era rescatar los elementos de la antigua Churrasquería Acuarela, el estilo de viejo galpón y darle un rostro nuevo. Pero bajo la perspectiva de la antigüedad de la marca que está por cumplir 30 años. Es lo que se denomina retro industrial, que muestra algunos detalles que se pierden en la belleza del conjunto. Por ejemplo, la gran barra está construida a la manera de los viejos mostradores de nuestros almacenes y bares. Este espacio está coronado por unas estructuras de chapas perforadas que coinciden con las ubicadas en el pórtico del edificio. Los azulejos utilizados en el sector del buffet recuerdan a las antiguas cocinas. Así como las lámparas con filamentos.
La sensación general que uno tiene al apreciar el local es que allí primó el buen gusto. Por el diseño, por los muebles y materiales. Y por la iluminación que parece que engloba todo en un clima de calidez. Los colgantes de metal, las arañas con piolas, las lámparas, hacen que los colores, los materiales y las texturas se conjuguen en una combinación que deja al todo con un aspecto muy fino. El proyecto, la construcción así como la ambientación estuvieron a cargo de la arquitecta María de la Paz Rivarola (Bauhaus).
“Queremos estar en poco tiempo liderando el mercado en lo que se refiere a este tipo de restaurante. Queremos que sea un ambiente para todo tipo de ocasiones, que la gente no solo venga a comer, sino también a hacer eventos, reuniones, celebraciones o que venga a consumir un trago en la barra y ver un partido. Y que el precio no sea una barrera”, nos dijo André finalmente. Acuarela mantiene sus mismos precios. De lunes a viernes cobra 89 mil guaraníes por persona a la hora del almuerzo y 93.000 guaraníes a la cena. Los fines de semana rige el precio de 93.000 guaraníes para ambos servicios. Tiene capacidad para 380 personas.