La casa tiene numerosos ambientes. Allí se habilitaron salas y piezas que se alquilan para talleres, cursos y actividades de diversa índole. Y en una de las piezas se instaló un pintoresco café, muy pequeño pero con un hermoso jardín y un atractivo corredor. Un lugar muy acogedor que de seguro está destinado a convertirse en un punto de encuentros a granel.
Precisamente el lugar se llama El Granel, con el apelativo de punto de encuentro. Está ubicado sobre la calle Juan de Salazar entre Artigas y San José en una antigua vivienda que antes sirvió como local de enseñanza del Anglo, el conocido instituto de aprendizaje de inglés. Desde hace nueve meses, en el local se organizan jornadas educativas, recreativas y culturales.
Y desde hace cuatro meses decidieron incorporarle un café, pequeño, modesto en su servicio y en su oferta pero con gran potencial para constituirse en lo que pretende su mentora: un lugar de encuentro. Semanas atrás comenzaron con una actividad nocturna y fue tal la repercusión que tuvieron, que ahora están decididos a diseñar actividades para dicho horario.
Para el 14 de febrero, tienen previsto un programa especial con motivo del Día de los Enamorados. Habrá comida que estará a cargo del chef invitado Juanjo Ivaldi Zaldívar, que estuvo viviendo en Finlandia y la música estará a cargo del Chino Corvalán y el grupo La Serpiente. De ahí en más, tratarán de organizar actividades similares todos los fines de semana.
“Siempre nos imaginamos tener un café, siempre fue el sueño de mamá”, nos cuenta María Glauser, una educadora especialista en organizar cursos, talleres, encuentros, charlas y actividades recreativas y culturales de todo tipo. El café surge como un elemento aglutinador y de difusión de las diversas actividades que se realizan en El Granel y que pretende constituirse en un espacio para que la gente del barrio pueda compartir, aprovechando el privilegiado sector que tiene al aire libre.
“La idea no es abrir como un bar, hasta la madrugada, sino que sea como un lugar para estar, tomar y comer sobre todo al aire libre, no hay muchos lugares así, son contados los sitios y sobre todo que atraigan a gente de todas las edades, abierto a todo público”, nos dice María. Y nosotros agregamos, con un jardín que se complementa con una huerta ornamental donde en los canteros crecen la albahaca, el cedrón, el romero, junto a plantas de tomates y zapallos.
Precisamente el jardín y la huerta ya fue producto de los talleres organizados por Soledad Martínez. “La parte educativa es muy importante para nosotros si tenés algo para compartir o enseñar, proponé algo y nosotros ponemos tu taller en el calendario y después nos dividimos las ganancias. Si hay alguien que quiere enseñar algo, nosotros lo organizamos, ya sea un taller para arreglar motos, crochet, yoga, idioma guaraní, nos piden cosas muy variadas”.
La oferta gastronómica es todavía muy limitada. En el lugar se sirven pizzas, picadas y lomitos. Al mediodía tienen un servicio de menú económico con una propuesta que varía día a día. Cuando estuvimos allí ofrecían espagueti al pesto “con albahaca de nuestra huerta”. Cuentan también con comidas proveídas por Karu, la empresa dirigida por el chef Ignacio Fontclara.
Para la hora del café cuentan con productos artesanales. “Rossana nos provee los croissant que elabora en su casa, Alison hace unas cookies al estilo americano de arándanos y canela y de bananas que no se encuentran en otro lado”, nos cuenta María.
“Este año con Karu y Slow Food Paraguay vamos a hacer una serie de actividades dedicadas a la cocina. El primero será el 28 de febrero para conmemorar el Día Nacional del Terere. Se organizará una cata de yerba mate, se va a invitar a yerbateras de distintas marcas y ese día se irán probando los productos, para ver cuál es una buena yerba”.
En los meses de marzo, abril y mayo se van a realizar encuentros que versarán sobre un determinado ingrediente por mes. Así serán objeto de análisis, elementos tales como la harina, el pan, el queso para lo cual piensan invitar a expertos quienes instruirán acerca de los procedimientos culinarios para elaborar esos productos. La coordinación general estará a cargo de Ignacio Fontclara.
En el café también piensan habilitar una tiendita donde estarán expuestos y puestos a la venta, los mejores productos artesanales que se fabrican en el país y que no tienen un canal de comercialización. “Con Karu, queremos hacer una tiendita de ingredientes, dónde se puedan vender los mejores productos que fabrican los artesanos de todo el país. La mejor harina, el mejor azúcar, no tienen como comercializa”, nos dice con mucho entusiasmo.
Es que María, aparte de ser licenciada en Ciencias de la Educación es una gran articuladora social. Es una de las fundadoras de Puerto Abierto, esa gran iniciativa creada para que la ciudadanía pudiera apropiarse de los espacios públicos con actividades culturales y recreativas. “Si hay un espacio, dónde se puedan reunir a las personas y existe contenido, llámame”, dice con una seguridad y entusiasmo que revelan su gran afición al tema.
Por eso, el café de El Granel, es casi seguro que se convierta en un lugar en un lugar propicio para que la gente encuentre un espacio dónde el ambiente agradable se una a diversas actividades y que juntas vayan de la mano de una oferta gastronómica convincente. “Esta es la parte de la historia que aún falta escribir”, como nos dice María.