Pocas veces, por no decir nunca, se vio reunido en un evento tanto vino de calidad y eso que solo fueron convocados los blancos, rosados y espumantes. Nunca, el vino tuvo un escenario público tan rutilante y glamoroso. Y como el maridaje fue adecuado y generoso, el vino se sintió a sus anchas, y sobre todo sus invitados. Por lo que, sin lugar a dudas, fue la jornada más espectacular que vivió esa bebida en lo que va de este año.
Estamos hablando de IVV Experience, un festejo realizado por el club pivado In Vino Veritas para cerrar sus actividades del año. Tuvo lugar en la noche del martes 16, en los salones del Espacio Sausalito, ubicado en Salvador esquina Venezuela. Estuvieron presentes cerca de 350 personas, entre ellas los socios de In Vino Veritas, sus invitados así como los invitados de las empresas importadoras.
La mecánica utilizada fue la de una Expo Vino. Al llegar el invitado, se le obsequiaba una copa con la que podía degustar los vinos que gustaba, en los diversos puestos dispersos a lo largo del salón. Cada empresa tenía un espacio donde exhibía y servía sus productos. Todos por igual ninguno con más destaque que los otros. Pero vayamos por parte.
EL ESCENARIO
La elección del lugar del evento, fue uno de los primeros aciertos. Se trata de Espacio Sausalito una empresa que ofrece salones para convenciones y actividades sociales. Exhibe una nueva, amplia y moderna construcción. El salón elegido lucía impecable, con un reluciente piso de parquet, y arañas gigantes que parece que solo cumplen un papel decorativo ya que el ambiente está dotado de un sistema de iluminación LED.
El amplio salón tiene planta libre sin la interposición de columnas o estructuras y está equipado con modernas tecnologías que dan posibilidad de proyectar imágenes sobre las paredes y el uso de equipos de sonidos inalámbricos. Había mesas y sillas disponibles así como espacios con pufs y sillones. Si bien no para todos.
LA GASTRONOMIA
Siendo que la cita era con los blancos, rosados y espumantes se eligió un maridaje acorde para la ocasión. Sin puntos resonantes, pero adecuado y generoso. Había estaciones para el ambigú de entrada, para los platos de fondo y una mesa de dulces. La infaltable mesa de quesos, donde no estuvieron ausentes los jamones, salamines, tomatitos cherry, aceitunas, frutos secos, algunas tapas y shots de ceviche.
Las estaciones de comidas calientes se dividieron en: una mesa de comida china, con sus habituales rollitos primavera, arroz frito, chop suey, y salteados de pollo con verduras, con sus diversas salsas. También hubo una estación de pastas en diferentes presentaciones. Todo lo hasta aquí descripto fue un servicio del catering de Tayllerand.
Y en un rinconcito del salón se ubicó el servicio de Sushi Club que presentó una variedad de rolls, que obligaron a los encargados a reponer varias veces el buffet por la alta demanda que tuvo. La gastronomía se completó con una gran mesa de dulces, con masitas, shots, bombones de todo tipo.
LOS VINOS
Y para lo último, dejamos a la estrella de la noche: el vino. En lo personal, nunca vimos tanto vino de alta gama reunido en un mismo lugar. No daba el tiempo y tampoco el hígado para trabar amistad con todos los allí reunidos. Nos limitamos a aquellos con quienes nos conocíamos de vista y por allí nos presentaron uno o dos nuevos , desconocidos por nosotros, con quienes entablamos un intenso diálogo pese al escaso tiempo disponible.
Estuvieron presentes con sus vinos, 14 empresas importadoras, que pusieron a disposición de los presentes 120 etiquetas, algo sólo superado por las 600 etiquetas que se presentaron durante la última edición de la Expo Vino. Dichas empresas sacaron a relucir lo más granado que tenían en materia de blancos, rosados y espumantes.
Eran de la más alta calidad, todos Premium, todos eran pesos pesados de la producción vinícola, en atención a que el consumidor asistente, era de un mayor nivel de conocimiento y exigencia. Algunas etiquetas incluso, no se encuentran o por lo menos no se las ve, en los canales habituales de venta, como los supermercados y las bodegas especializadas.
Entre las importadoras participantes estuvieron: Mannah, Acsa, Ramírez Díaz de Espada, Nobleza, Edesa, Monalisa, Wines & Spirits, La Caoba, AJ Vierci, London Import, Frutos de los Andes, Casa Modiga, La Mercantil Guaraní y Distribuidora Gloria. Se podían encontrar nombres tan rutilantes como Taittinger, Chandon y Moet Chandon, Beringer, Pommery, Zuccardi, Nina, Aresti, Alegoría, Marques de Riscal, Indómita, Alma Negra, Chateau La Gravelle Bord. Blanc, Marques de Casa Concha y otros.
La organización del evento corrió por cuenta de la productora Agrupando Ideas y BMW tuvo su participación poniendo a disposición vehículos con conductores para aquellos que no quisieron (o no pudieron) regresar a casa por cuenta propia. Para redondear digamos simplemente que fue un evento que brilló muy alto.