Se trata de la Primera Escuela de Gastronomía de América Latina. Fue fundada el 23 de noviembre de 1.951 por Doña Clara Benza de Garofalo, y hoy encabezada por su hija Sarita Garofalo. Este nuevo aniversario sorprende a la institución en un momento de grandes éxitos y reconocimientos internacionales.
Doña Chuta, cómo cariñosamente se recuerda a Doña Clara Benza de Garofalo era muy devota de María Auxiliadora y solía dictar cursos de cocina para las feligreses de la parroquia. Siempre dictaba clases a beneficio de obras sociales hasta que un día Monseñor Ismael Rolón, arzobispo de Asunción, le recomendó que se dedicara a dictar clases de cocina porque sería muy útil para la sociedad.
Así fue Doña Clara comenzó a dictar clases de cocina en su casa del barrio Sajonia y así formó el primer Instituto de Enseñanza de Cocina. Su labor ha sido tan proficua a lo largo de todos estos años que el Ministerio de Educación y Cultura la premió con la Medalla de oro por los aportes a la Patria y con el Diploma de Honor en reconocimiento por su meritoria trayectoria, siendo la pionera en la formación de profesionales en la gastronomía paraguaya a favor de la Educación Nacional.
Doña Chuta fue también la pionera en materia de programas de cocina transmitidos por la televisión. En aquellos tiempos no existían programas completos de cocina sino que eran pequeños bloques, que fueron los antecesores de los numerosos espacios que hoy frecuentan la pantalla chica.
Doña Clara falleció en el 2007 a los 88 años, pero su labor fue enriquecida y aumentada por su hija Sara Garofalo actual directora del Centro Garofalo quién supo transmitir el espíritu de servicio y el profundo amor hacia la docencia y la gastronomía que profesaba su madre. Ya en vida de Doña Clara, el centro Garofalo ya fue distinguido como la Primera Escuela de Latinoamérica.
El ingreso de Sarita al mundo de la docencia gastronómica merece una mención especial. Cuentan que allá por la década del 80, del siglo pasado, ella viajó a los Estados Unidos para realizar cursos acerca del congelamiento de los alimentos, una materia que en ese entonces era un tema innovador y estaba comenzando a llamar la atención del mundo gastronómico.
Sarita quedó maravillada con lo que aprendió y lo primero que pensó fue que era necesario que ella transmitiera en nuestro país los conocimientos que había aprendido en Estados Unidos. Organizó entonces una charla para el Costurero San Bernardino y tuvo una concurrencia de 200 personas. Aquello impresionó tanto a Sarita que en ese momento sintió que lo suyo también era la docencia y desde entonces nunca más se bajó del escenario.
Comenzó entonces a secundar a su madre, ya que antes se ocupaba de su papel de ama de casa y de ayudar a su padre en la administración de los tres restaurantes que tenía. También participaba con ella en las apariciones televisivas y hoy día Sarita ya cumple 32 años con su programa de cocina. Aunque sus primeras apariciones individuales tiene que ver más bien con un bloque donde hablaba de antigüedades, ya que ella realizó estudios sobre Historia del Arte.
“Yo recibí una mochila pesada de Mamá. Ella dejó un nombre limpio. Nadie dudó de Doña Clara y yo tengo el compromiso de cuidar esa credibilidad. No puedo dar pasos en falso, el nombre de Mamá es inmaculado, es grande para mí. Mi madre fue autodidacta, estudió en Buenos Aires. Después vivimos en Europa y un día Papa que era diplomático, murió de leucemia en una semana. Y ahí empezó una vida diferente para las dos. Mamá y yo. La recuerdo estudiar por las noches, leer libros y ella hablaba 5 idiomas, yo me defiendo en alemán y francés e italiano y me acuerdo de que trataba de anular todos mis deseos de meterme en gastronomía”. Así nos comentaba Sarita en una entrevista anterior.
El Centro Garofalo actualmente desarrolla una carrera gastrónomica que dura tres años. También se dictan cursos para profesionales pasteleros, panadería, pastas, salsa, cocina gourmet para aficionados y desde este año también incorporó el primer curso para sommeliers que se dicta en el país.
El instituto cuenta con amplias y moderas instalaciones y entre estas se puede mencionar una de las cocinas equipadas profesionalmente más grandes que existen en el país, con capacidad para que 40 cocineros puedan trabajar simultáneamente. También tiene un salón auditorio para 120 personas.
El alumno tiene la posibilidad de ir a diferentes congresos gastronómicos y el trabajo que realizan para cenas solidarias de cocineros sin fronteras de diferentes países y en grandes cocinas de restaurantes y hoteles famosos de gran prestigio. Aproximadamente 50.000 alumnos ya pasaron por las aulas del Centro Garofalo.