El pensamiento del título fue lo que impulsó a Verónica Pardo a crear una pequeña industria de indumentaria gastronómica. No solo eso, la elevó a la categoría de moda y la puso en las pasarelas. Eso no es todo, utiliza tela y bordados de ao po´i para realizar sus creaciones. Pero no termina allí, tras imponerse en nuestro país, ahora piensa con desembarcar en Europa.
Vero, como vulgarmente la conocen, es una joven empresaria que casi de casualidad ingresó en esta nueva vertiente del mundo gastronómico. Ella es licenciada en Hotelería y Turismo, tras haber estudiado en Barcelona, España. Estuvo allí siete años, realizó dos cursos de post grado y después trabajó en atención al cliente. De regreso al país, no encontró el suficiente campo para aplicar sus conocimientos y fue cuando su mamá, que es una chef, le encendió la lamparita para seguir su camino. Apeló a una antigua afición de diseñadora y en el 2010 abrió su empresa.
Antes, estudió en Buenos Aires y Sao Paulo, las normas de seguridad para la confección de indumentarias gastronómicas. Así fue que observó que en este menester, se utiliza mucho los materiales sintéticos, lo cual está prohibido actualmente por las normas internacionales que rigen en la materia. “Los grandes chefs internacionales, utilizan para su indumentaria el algodón egipcio que es el de máxima calidad y el algodón paraguayo es de una calidad casi similar”, interviene Vero.
Contó que durante dos años luchó arduamente con las tejedoras de ao po´i de la zona de Villarrica para lograr los tejidos y bordados perfectos. Realizaron durante ese tiempo innumerables pruebas en las telas y los hilos, para lograr una producción adecuada. Vro Pardo, su empresa, fabrica pantalones, gorros, delantales y chaquetas.
“Al comienzo tenía miedo, pero después se me conoció en el ambiente y ya todo fue excelente. Vestimos a casi todos los chefs y seguimos creciendo”, dice entusiasmada. En medio de ese crecimiento Vero menciona que ha logrado elevar esta actividad a la categoría de moda. Su vestimenta gastronómica incluso fue exhibida en las pasarelas del Asunción Fashion Week, con un inusitado éxito. También estuvo presente en el Formosa Fashion Week.
“Los chefs con unos artistas y tienen que estar bien vestidos. Nosotros queremos enaltecer a los artistas”, expresa y a la vez nos informa que los diseños de ao po´i de las chaquetas (su producto estrella) son únicos e irrepetibles y están todos patentados. Nos comentó que la tradicional chaqueta abotonada, tan característica que usan los chefs y cocineros, está prohibida en la Argentina porque los botones pueden producir contaminación por cuestiones bromatológicas. Por eso Vero, usa en sus creaciones cierres que se adaptan a las normas internacionales. Además, hoy día, la cocina está dominada por una tendencia a utilizar materiales orgánicos, no solo en la elaboración de la comida, sino en todos los detalles, incluso la indumentaria.
Los modelos de Vero dominan en el mercado nacional y un numeroso grupo de chefs y cocineros adoptaron su marca. Además, varias empresas importantes del ramo son sus clientes y entre ellas se pueden citar a: Veranda, La Misión Hotel Boutique, Café Guapas, Il Capo, Don Natural, Kure Dumas, Il Mangiare, Gambini, O gaucho, Crown Plaza, Para cuando la vida, El rodeo, 4 D, La Cabrera y No me olvides.
Pero ahora, la mirada de Vero está puesta en el mercado internacional. En agosto pasado, viajó a Europa y allí tuvo ocasión de negociar con grandes chefs. Uno de ellos, el español Paco Torreblanca, maestro chocolatero, acordó utilizar sus prendas. También en España, tuvo oportunidad de hablar con Carme Ruscalleda, del Restaurante Sant Pau, la Fundación Alicia que se dedica a la investigación aplicada a la gastronomía. En Londres, Vero tuvo oportunidad de conversar con Jamie Oliver, un chef que posee una importante industria gastronómica, con Heston Blumental, otro chef top del Reino Unido. Estos contactos, explicaba Vero, son los pasos preliminares para entablar una relación comercial y a través de ellas establecer puentes para la venta de indumentaria gastronómica nacional en esos mercados. Igualmente desea apuntar al mercado de América Latina. Verónica nos decía que en México y en Colombia, existen empresas similares a la suya, sobre todo en México, dónde se utilizan motivos y diseños autóctonos . Una gran diferencia juega a su favor. Una chaqueta para cocineros en México o Colombia, cuesta 200 dólares y las que ella fabrica tiene un costo entre 200.000 y 250.000 guaraníes.