Nunca el vino había congregado tanta gente en nuestro país. El público colmó casi reventó el amplio salón de Textilia donde anoche tuvo su primera jornada la Expo Vino 2014. Lo que reventó fue el estacionamiento y el servicio gastronómico que no dio abasto. Da como para decir que estamos en vísperas de un gran alumbramiento en la materia.
“El Paraguay aún está por nacer en materia de la cultura del vino”, dijo anoche en su charla Lionel Marguet, sommelier francés asesor de Monalisa. Argumentaba diciendo, que en el mundo existen 9.000 variedades distintas de uvas y en Paraguay solo conocemos 9. No menciónó en que mes de gestación nos encontramos pero la multitud que anoche se congregó en Textilia da como para romper la panza de cualquier embarazo.
Ya habían vendido 2.000 entradas anticipadamente, con lo cual el éxito ya estaba asegurado, pero ver ese inmenso salón lleno de gente causaba impresión. Era difícil calcular a ojímetro la cantidad de personas allí reunidas pero era suficiente como para llamar la atención de los organizadores, los importadores y los extranjeros representantes de bodegas allí congregados.
El público se mostró bastante activo, no sólo porque llenaban sus copas periódicamente sino por el interés demostrado respecto a las diversas etiquetas presentadas en los stands. Las personas giraban y giraban alrededor del salón y parando en los tablones donde se ofrecían los más variados productos. Y el vino giraba y giraba en las copas de los presentes, y seguramente también en sus cabezas.
Los expositores todavía no sacaron a relucir toda su estantería, muchos aguardan la segunda jornada para ofrecer nuevas etiquetas, porque seguramente gran parte de la asistencia de anoche repetirá la visita a la Expo Vino. Llamaba la atención la gran demanda por el vino blanco, teniendo en cuenta que nuestro mercado está dominado por el tinto.
Los organizadores no ocultaban su satisfacción por lo ocurrido anoche. Christian Kennedy, representante de London Import y uno de los principales responsables de la Expo Vino 2014 fue todavía muy cauto al opinar sobre si este acontecimiento significaba el alumbramiento al gran negocio del vino.
Lo cierto es que la jornada de anoche salió un poco de los moldes por la gran asistencia. Pero no hubo desbordes del público. Desbordó sí la capacidad de estacionamiento y del servicio gastronómico. La primera oleada de gente devastó el servicio de buffet y la segunda que llegó a eso de las 21:00 se quedó debajo de la mesa, más bien encima de ella hurgando entre los restos.
Betto Barsotti, gran especialista eno-gastronómico decía que por más gente que haya llegado “eso no podía suceder”, refiriéndose al déficit mencionado.
José Torrijos, sommelier y chef español, responsable de la cocina del Crowne Plaza Hotel opinó también en los mismos términos. Faltaban expositores de productos gastronómicos (jamones, delicatasens, etc). Tampoco le gustó la modalidad minimalista de la exposición. Es decir la habilitación de tablones en vez de locales donde los vinos pudieran lucir con más amplitud.
Para Carlos Raúl Agüero, conocido empresario y presidente del club Libertad, la elección del local restó glamour al evento.
Los organizadores habían explicado que decidieron que en esta edición de la Expo Vino los stands sean sólo tablones con el objetivo que las empresas importadoras y las bodegas no tengan que hacer grandes erogaciones y se concentraran en proveer vinos de calidad.
De todas maneras, si hubo puntos negativos, ninguno de estos restó brillo a la primera jornada de la Expo Vino y aguardamos la segunda con la esperanza de que se repita la grata impresión dejada y que el parto del gran negocio del vino sea natural y que nazca sano y vigoroso, para beneplácito de los comerciantes y los consumidores.