El tereré fue incluido recientemente por la UNESCO en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Esta bebida, ancestralmente paraguaya, debe recurrir a otros mecanismos de defensa para evitar la apropiación de su origen y uso, por otros países. Incluso, en Brasil ya existe una marca comercial con ese nombre y el Estado de Matto Grosso declaró que es parte de su patrimonio cultural histórico. Se debe impulsar la declaración del tereré como Denominación de Origen.
Paraguay solicitó que dicho reconocimiento de la UNESCO, se realice en base al siguiente título: “Prácticas y saberes tradicionales del tereré en la cultura del pohâ ñana, bebida ancestral guaraní en Paraguay”. No se trata del tereré, a secas. Esto fue así porque los expertos de la UNESCO que vinieron al país para asesorar en la presentación del pedido de declaración, así lo recomendaron, según nos informó el Ministro de Cultura, Rubén Capdevila.
Además mencionaron que había el antecedente de un pedido anterior presentado por China que fue rechazado por la Unesco. Los chinos querían registrar el té como patrimonio pero se adujo que otros países como Japón, Tailandia, etc, también tenían la práctica del consumo de té. En el caso del tereré, se fundamentó que también existen otros países, como Brasil y Argentina donde se consume esa bebida.
Capdevila aseguró que por más que la declaración tenga un título amplio y equivoco representa que el tereré es un patrimonio paraguayo y destacó que al añadirse las prácticas y saberes del pohâ ñana, también se defiende este aspecto de nuestra cultura que hace a la utilización de los remedios yuyos.
Hay que hacer hincapié en que el tereré es una bebida ancestral guaraní en Paraguay. Los guaraníes que ocupaban una vasta zona de la América del Sur, ya antes de la llegada de los españoles bebían una infusión que consistía en la filtración de agua a través de las hojas de yerba mate. Como tomaban el líquido directamente del cuenco que utilizaban, tenían que usar los dientes como filtros para evitar que la yerba les llene la boca. De ahí que los religiosos españoles de la época de la colonia, decía que se trataba de una bebida diabólica porque veían como los aborígenes tenían que escupir después los restos de yerba que les quedaba en la boca y a veces por sus cualidades diuréticas, debían hacer sus necesidades.
No se sabe cuándo, cómo ni dónde hizo su aparición la bombilla que consistía en una cañita de 20 cms. aproximadamente que se introducía en la yerba mate y tenía una pequeña nueces con agujeros que permitían pasar el agua pero no la yerba. Y así quedó conformado el tereré, nombre que algunos considerar la onomatopeya de los últimos sorbos que se daban a la bebida o el hecho de que solía ser consumido en rondas o grupos: “te jere”.
Lo cierto es que esta bebida se popularizó en nuestro país, al punto que es consumida por toda la población y en todo el territorio nacional. No solo en ciertas regiones como es el caso de Brasil y Argentina. El tereré por así decirlo, es más paraguayo que la mandioca. Y probablemente con el idioma guaraní sean los elementos que más identifican a nuestros compatriotas. Capdevila mencionó incluso que hubo propuestas de los otros países del Mercosur para presentar la candidatura del tereré como un producto regional.
“Estamos atrasados 10 años”, dijo ministro respecto a las acciones que debe llevar el país para la defensa de nuestro patrimonio histórico y cultural. Ya se sufrieron varios ataques. El más grave es que una empresa del Brasil, registró la palabra Tereré como marca de una yerba mate, hace más de 20 años. Esto debe ser atacado por el Gobierno porque ningún producto, obra, arte que integra nuestro patrimonio cultural y el Patrimonio Inmaterial Universal, puede ser objeto de un registro de marca. Implicaría sin embargo, tener que lidiar en los tribunales del vecino país. Por otro lado, hace varios años el Estado de Matto Groso, Brasil, declaró al tereré como parte de su patrimonio cultural histórico.
La declaración realizada por la UNESCO, es una formalidad, es un reconocimiento que no tiene otros efectos ni sirve como defensa legal, lo que si puede lograr con lo que se llama la Denominación de Origen, que por definición es la denominación geográfica de un país, región, departamento, distrito o localidad que sirve para designar un proyecto “originario” cuya calidad y características se debe exclusiva y esencialmente a dicho medio geográfico, debido tanto a sus factores naturales como humanos. En nuestro país, este tema está regulado por la Ley Nº 4923/13 /INDICACIONES GEOGRÁFICAS Y DENOMINACIONES DE ORIGEN, que recientemente fue reglamentada.
El ejemplo típico de una Denominación de Origen, es el champagne, que sólo puede producirse en una zona de Francia, que lleva el mismo nombre. Sin embargo, el champagne es un vino espumante que técnicamente puede producirse en muchos lugares pero no pueden llevar esa denominación. En España al champagne le llaman cava, por ejemplo.
Una Denominación de Origen confiere el derecho a sus propietarios de impedir su uso por parte de terceros y prohibir su uso para productos que no provengan de las áreas geográficas determinadas en el registro y que sean de su mismo género. En América Latina hay algunos países que tienen productos con Denominación de Origen, tal es el caso del tequila y el mezcal, en México.
La Denominación de Origen la otorga el Gobierno pero la iniciativa corresponde a los productores o empresas privadas y también a las autoridades municipales y gubernamentales. La anterior directora de la Dirección Nacional de la Propiedad Intelectual (DINAPI), Patricia Stanley recordaba que realizaron muchas iniciativas para lograr que los empresarios se interesaran en el tema, pero no obtuvo resultado alguno. En nuestro país, existen muchos productos que podrían registrarse con Denominación de Origen: el ñandutí, el aho poí, el chorizo misionen ro, chipa barrero, la caña paraguaya, palmito, carne del Chaco, que estaban contenidas en una lista primaria de 35 productos que podrían acceder a este registro.
Mientras tanto, en el marco de la Secretaria Nacional de Cultura se está trabajando para presentar a la Unesco otras candidaturas para integrar el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y entre esas candidaturas están y en un estadio bastante avanzados, la guarania y el poncho de sesenta listas.