Días pasados se realizó la entrega de premios a los ganadores del Primer Concurso de Talentos “La Mejor Empanada” llevado a cabo en el marco de la feria A Comer. Los ganadores del certamen David Sosa Prado, Sara Concepción Ocampos y Pedro Cuevas recibieron sus distinciones en un acto realizado en el Centro Garofalo. Los organizadores y los participantes destacaron la importancia y trascendencia del emprendimiento.
LOS GANADORES
Primer Puesto: David Sosa Prado
Premio: G. 3.000.000 y una beca completa en el Centro Garofalo
Segundo Puesto: Sara Concepción Ocampos
Premio: G. 1.500.000 y media en el Centro Garofalo
Tercer Puesto: Pedro Cuevas
Premio: G. 500.00 y media beca en el Centro Garofalo
El acto de premiación se realizó en el Centro Garofalo con la presencia del Lic. Edgar Robinson representante del Grupo Paraguay Evento & Emprendimientos organizadora del evento A Comer, de Sarita Garofalo, directora del Centro Garofalo, mentora y jurado del primer concurso “La mejor Empanada” y Luis Ullón, representante de la Municipalidad de Asunción que apoyó la iniciativa.
EMPANADA PARAGUAYA
El ganador del concurso David Sosa Prado, recurrió a una receta bien paraguaya para ganar el concurso. Presentó una empanada de mandioca con relleno de chastaka. “Primero pensé hacer un relleno con ryguazu chyryry, como acostumbra hacer mi vieja en casa. Pero después me acordé que un amigo hace carne seca en su campo y le pedí que me traiga para probar. Y pensé que más paraguayo que eso no existe”, nos dijo el flamante ganador del concurso a poco de recibir su premio.
Con la chastaka, ya en su poder, la sometió a una cocción de dos horas y media. Le agregó un poco de caña paraguaya con la intención de ablandar todas las fibras y la adobó con un poco de canela, clavo de olor, pimienta y sal. Después siguió el proceso machacando la carne en un mortero de madera. “Hice luego un sofrito de cebolla, morrón y ajo y allí puse la carne toda desmechada y le tiré dos huevos caseros para darle más humedad”. Y la masa es una masa tradicional para el pastel mandi’o.
David tiene 30 años y nunca estudió cocina. De hecho una de las motivaciones que tuvo para inscribirse en el concurso era la posibilidad de acceder a una beca de estudios. Él es cocinero y entre sus antecedentes laborales figura haber prestado servicio en Mazapán, Entrecote y también colaboró en la cocina del Cirque Du Soelil. “Comencé en una pizzería a los 24 años, no sabía nada de gastronomía, era cocinero de casa nomás, sabía lo básico. Tenía muchos amigos chefs que me enseñaron muchas cosas y así me dediqué al catering de pizzas y paellas. Ahora me llamaron para trabajar y se me están abriendo demasiado puertas. Ojalá sea para bien”, nos dice agregando que actualmente se encuentra sin trabajo.
UNA MOTIVACION ESPECIAL
Sara Concepción Ocampos Solís, 22 años, soltera, de Luque, estudiante de gastronomía en el IGI (segundo año) fue impulsada a participar por el amor especial que siente hacia la cocina pero su motivación especial es su hijita Emily, de apenas tres meses de edad que para ella como el motor de todos los días y “siento que debo mejorar más por ella. Es una futura chef”, nos dijo convencida.
Sara dijo también que se trataba de una excelente oportunidad porque “los jóvenes que estamos en el ambiente gastronómico, es muy difícil, porque existe mucha demanda de profesionales y mucha gente estudia. Y además hay mucha gente que sin estudiar es muy buena en la cocina”.
Para el concurso recurrió a una receta familiar que ella recibió de generación en generación. La masa utilizada es la masa tradicional: “harina común, huevo casero, un poco de leche tibia y el amor. El relleno lleva carne machada en el mortero, huevos hervidos, un poco de locote”. Sin embargo varió un poco la receta pues en vez de freír las empanadas en el cebo de vaca, lo hizo con aceite común. “No quería matarles a ustedes de un paro cardíaco”, dijo refiriéndose a los miembros del jurado.
Entre sus planes está abrir en el futuro un local propio “para poder difundir la gastronomía paraguaya con un toque más moderno de ser posible pero sin abandonar lo tradicional. Vamos a seguir haciendo empanadas tratando de mejorar cada día más”.
UNA MASA ESPECIAL
Pedro Cuevas, de apenas 18 años de edad, fue el menor de todos los participantes que se presentaron al concurso. Está estudiando cocina en el Centro Garofalo. Está trabajando en un local de comidas pero se dedica principalmente y por su cuenta a la pastelería. “Me gusta, por eso empecé haciendo tortas. Mi tía me enseñó lo que es la base de la pastelería. Pero al terminar el colegio me tiré hacia la gastronomía que es lo que más me gusta y empecé a mirar más allá. En mi casa siempre hacía todo lo que era croquetas y empanadas porque era muy tradicional en nuestra casa”.
En relación al concurso, Pedro relató que se trata de una masa de creación especial. “Es una masa bastante neutra, heredada de mis abuelos. Yo le dí un toque especial agregándole un poco de vino blanco para dar más destaque al sabor y también para disminuir la cantidad de grasa. El relleno lo realicé con carne molida de primera y lo único raro que tenía era el pimentón dulce”.
Pedro tiene la meta de seguir estudiando gastronomía. “Quiero llegar a ser un chef, porque eso es lo que me gusta y poder demostrar lo que puedo hacer”, dijo finalmente.