Una misión imposible no es aquella que no se pueda realizar, sino aquella que es tan difícil que casi es irrealizable. Y a tenor de como concluyen las aventuras de la zaga de películas que dio origen a ese nombre siempre se llega a un final feliz. La Misión Imposible de la pastelería paraguaya es llegar al Mundial de la Pastelería que se celebrará el año que viene en Francia. Ya se formó una selección partiendo de cero y su capitana dice que están dispuestas a plantar bandera para demostrar que sí se puede.
Rosa Bella Estigarribia, 64 años, capitana de la selección paraguaya de pastelería admite que “somos un cero a la izquierda”. Paraguay no tiene ninguna figuración internacional en la materia es un perfecto desconocido en el concierto de esas naciones. No tenemos siquiera competencias internas que puedan medir nuestras cualidades. Sin embargo, admite que en nuestro país existe talento y agregó que si no asumen estos desafíos se van a conformar con lo que hacen siempre.
Para notar un poco la diferencia y calar eso de la Misión Imposible, se puede mencionar que los países que ganaron varias veces la competencia mencionada, como los franceses o los japoneses, trabajan seis meses antes del torneo, en turnos de mañana y noche de lunes a viernes. El equipo paraguayo se entrena una vez a la semana. El mundial de pastelería incluye competencias acerca de estructuras de hielo y helado, materias desconocidas para nuestras profesionales.
“A veces nos asustamos, porque requiere mucho entrenamiento esto de trabajar con estructuras de hielo y chocolate. Estamos aprendiendo, nos falta mucho todavía y no sé si podemos dejar nuestras actividades durante seis meses. No lo vamos a poder hacer porque nuestro sistema no da para eso. En otros países cuentan con mucho apoyo y esto lo estamos llevando a pulmón porque amamos nuestra profesión”, dice Rosa.
“Nosotros vamos a competir y dejar sentada la posición de que se puede, queremos abrir caminos para la pastelería paraguaya, dejar plantada la bandera”, prosiguió. Recuerda que Roberto Goñi un profesional argentino pionero en formar equipos para el mundial les había manifestado que ellos habían comenzado, así como lo están haciendo ahora. “Me acuerdo de que los equipos europeos traían un container y nosotros íbamos con nuestra maletita” refería Goñi quién ya vino al país para entrenar a las seleccionadas compatriotas.
La selección paraguaya está recibiendo cursos de parte de profesionales extranjeros que vienen al país, próximamente tienen previsto un viaje de perfeccionamiento en Chile. “Lo que nosotros necesitamos es más gente involucrada, todo es muy costoso”, señaló agregando que también buscarán apoyo de parte de las instituciones gubernamentales.
La selección paraguaya está integrada por Bella Rosa Estigarribia, capitana y por Johanna Borgognon, Chiara Pederzani y Cecilia Alderete. El equipo nacional debe participar en la Americas Pastry Cup un torneo que es clasificatorio para la Copa del Mundo que se realizará en junio del próximo año en sede aun no definida. Si obtiene la clasificación Paraguay estará en la Copa del Mundo que se desarrollará en setiembre del 2024 en la ciudad de Lyon, Francia.
Rosa Bella es una chef profesional con una aquilatada experiencia profesional. Ingresó al mundo de la chocolatería cuando su empresa UNPAR tomó la representación del chocolate belga Callebaut. Durante tres años seguidos tomó cursos de chocolatería en la Academia Callebaut de México. También hizo cursos en las academias de Brasil y Chile. Y como en la empresa tienen un departamento técnico que debe probar todos los productos, terminados y materias primas, que vienen del exterior, tiene un extraordinario bagaje en materia de trabajos en chocolatería.
“Yo soy la encargada de coordinar los entramientos, levantar los ánimos, mantener la unidad, para no caer en comentarios porque podemos fracasar, mirar si van mejorando, controlar la calidad de gestión y como nos movemos, todos tenemos que caminar de la misma manera, es ser la cabeza de las chicas”, comenta. Entrenan todos los martes en un espacio especial en donde cuentan con los equipos y máquinas que utilizarán en el día de la competencia.
“Nuestro nivel no es malo, pero necesitamos mejorar mucho, pero si no tomamos desafíos nos vamos a conformar con las cosas que hacemos y eso va en detrimento nuestro en pastelería en general. Nono innovar, no buscar, escudriñar las técnicas para que podamos sacar lo mejor de cada uno. No podemos seguir copiando recetas, hay mucho talento, como para conformarse con hacer recetas tradicionales”, dijo finalmente.