Hugo, aplaudido por los cuatro costados tras su eliminación, no puede disimular la cara de desazón tras conocer el veredicto del jurado. Su falta de experiencia conspiró en su contra, pero dejó traslucir su buena mano para la cocina.

Para eso está, si bien es un reality de gastronomía, lo que pretende es despertar emociones, y estas sensaciones despiertan más interés y reacciones en la teleaudiencia. No se trata solo de saber cocinar. El personaje de la noche fue Hugo Maldonado, abogado de 37 años, de Quiindy quién tuvo que abandonar las cocinas del MasterChef Paraguay luego de protagonizar la despedida más larga y emotiva de la temporada.

Al conocer el veredicto del jurado, Hugo se deshizo en lágrimas y conmovió a todos los presentes en el piso y detrás de los televisores. Se trataba del concursante más querible entre sus compañeros, humilde, sincero, abierto, optimista y en general una actitud muy positiva. Le traicionó la falta de conocimientos técnicos de cocina (probablemente no tuvo formación alguna) pero tenía un gran instinto culinario que lo salvó en varias ocasiones. No le alcanzó anoche y la ausencia de experiencia profesional determinó su eliminación.

La consigna de anoche era al mismo tiempo muy difícil y fácil, a la vez. Difícil porque el ingrediente que debían utilizar era la carne de conejo, una proteína muy poco utilizada en la gastronomía local e incluso es difícil encontrar algún restaurante que oferte ese plato. Pero si uno tiene cierto conocimiento de cocina, sabe que la carne de conejo es muy similar a la del pollo y por analogía puede usar los mismos procedimientos de elaboración.

Había una dificultad adicional, había que preparar una entrada y un plato principal que consistió en un estofado acompañado de cuscús y guarniciones a elección. La mayoría de los participantes nunca habían probado en un plato ni prepararon una receta con conejo, y varios de lo que llegaron a eliminación tuvieron sobre todo dificultades con el tiempo de cocción.

Hugo fue uno de ellos y además al carecer de experiencia profesional no supo establecer sus prioridades. Perdió mucho tiempo en los detalles, como la zanahoria grillada o la salsa acompañante que hizo con un pate de menudencia de conejo, más crema de leche y mientras dejaba de lado el ingrediente principal. Santiago Canuto, desde el balcón le instó en repetidas ocasiones que ponga a sellar la proteína, pero siempre prefería ocuparse de las otras cosas que, si bien apuntaban a realzar el sabor, no eran ni fueron determinantes.

Presentó un estofado de conejo con cuscús, menudencia y lomo de conejo con papas fritas, zanahorias glaseadas y lactonesa. De entrada, nomás Rodolfo le dijo que perdió mucho tiempo con la salsa y que la zanahoria glaseada que llevó mucho afán estaba cruda. “Hay que manejar la temperatura”, dijo. Euge le reprochó lo mismo y a su turno José le dijo que el cuscús estaba soso. Después Hugo comentó que en ese momento “se le cayó el alma por el suelo” intuía su eliminación.

Una imagen conmovedora, Hugo derramó lagrimas durante muchos segundos de transmisión, luego se hincó en tierra y siguió llorando, en la despedida más larga y emocionante del MasterChef. Fotos del sitio oficial del programa.

Su expresión facial se descompuso y cuando escucho el veredicto explotó en lágrimas y agachó la cabeza para esconder su dolor. El jurado respetó ese momento y durante muchos segundos mostraba a Hugo con el cuerpo inclinado hacia delante. Se repuso enseguida y allí se originó la despedida más larga y emotiva de la presente temporada de Masterchef, se deshizo en elogios para el programa, el jurado, sus compañeros y todas las personas que trabajan en el piso. Era muy querido al punto que se hizo gran amigo de Santiago Canuto el más resistido entre los participantes a quién incluso nombró, como su candidato a ganar el concurso. Lo que hizo llorar ante cámaras al autodenominado “hombre de acero”.

El mejor plato de la noche lo presentó Luz quién con su estofado de conejo con cuscús, brochetas de lomo y menudencias con reducción de naranjas, arrancó elogios como el de Euge, quien dijo que el plato le hizo recordar al pollo a la cacerola que preparaba su mamá. José le dedicó un escueto “buen punto del lomo. Te felicito”. En la devolución final el jurado calificó que la entrada fue muy exquisita y el punto del conejo “fantástico”. Desbancó del puesto a Lucata quién antes ya subió al balcón por su estofado de conejo con cuscús, lomo de conejo en salsa de chocolate y paté de menudencias. Arrancó un “sorprendente” de Rodolfo, un “buen plato de Euge” y “buen color, estamos mejorando” de José. En tercer lugar, quedó Sofía y Víctor fue el que acompañó a Hugo “en el paredón de fusilamiento” y se salvó de refilón.

Llegados hasta aquí en lo que va de la temporada de MasterChef no se puede vislumbrar un candidato que sea favorito a ganar el concurso. Los nueve participantes que quedan han conquistado aciertos y errores por igual. Todos llegaron a la ronda de eliminación, algunos más de una vez y varios lograron menciones por el mejor plato. Forzando un poco la apreciación podríamos decir que en una primera línea ubicamos a Martita, Shosiana, Rocío y Luz. Un poco más abajo aparecen Natalia, Lucata, Victor, Gabriel y Santiago. Con casos muy raros como Lucata, quién siempre luce, desesperado, desordenado y al borde de un ataque de nervios, pero casi siempre sale airoso a pesar de los problemas que menciona y posee buena base de cocina. El otro caso es Santiago, no tiene muchos conocimientos técnicos culinarios, siempre está pidiendo ayuda, pero tiene un carácter y una osadía sin igual y mucha aproximación al ámbito gastronómico por su profesión de sommelier. Hasta ahora, podemos decir que la final está con pronóstico reservado.

 

Si te gustó el contenido, compartilo :)

Deja una respuesta