Ayer, miércoles 24 de mayo falleció en Asunción, Antonio Palazón Ibieta, a los 87 años. Hombre polifacético. Fue industrial, gremialista, comunicador, político, luchador por los derechos humanos y últimamente emprendedor gastronómico. En este último terminó creó la cervecería El Fabriquero, que se multiplicó rápidamente y fue el artífice para un modelo de negocio de éxito.
En el año 2019 antes que cundiera la pandemia se inauguró en Fernando de la Mora la cervecería El Fabriquero. Don Antonio era el presidente de la empresa que era administrada por sus hijos. Solía decir en broma que le nombraron porque no tenían a otro para el cargo.
Lo cierto es que tenía una larga trayectoria como empresario e industrial. La familia Palazón tenía una fábrica de bebidas, algunos recuerdan las gaseosas Sodal y Pritty que producían. Además, su trayectoria de vida, su rigor ético, inspiraban para la realización de cualquier emprendimiento.
Por eso, su hijo para la nueva cervecería tomó el nombre de El Fabriquero, que era el seudónimo que Don Antonio utilizaba en los artículos que publicaba en la revista digital que tenía, en el siglo pasado, cuando era joven. Anciano ya, se movilizaba con un bastón, a causa de los golpes que le dio la vida.
Solía concurrir, de vez en cuando a las cervecerías y pasear con su andar de hombre mayor, delgado y apoyado en un bastón, y era tan emblemática la imagen que se utilizó para diseñar el logotipo de la Cervecería El Fabriquero.
La primera de ellas se instaló en 11 de Setiembre y Músicos del Chaco, en la zona Sur de Fernando de la Mora. Tuvo un éxito de inmediato, se llenaba todas las noches y los fines de semana con suerte uno podía asistir con reservas. Rápidamente se expandió con locales en San Bernardino, Encarnación, San Lorenzo y otro más sobre la prolongación de Mariscal López.
El modelo era muy sencillo, generalmente se trataba de un local abierto, con espacios bajo techo, donde la oferta principal era la cerveza, que tenían de todas las marcas y frías. Congelaban los vasos y choperas. Siempre había música y a veces actuaciones de artistas en vivo. El ejemplo cundió y se habilitaron cervecerías por doquier.
Distinto era el caso de las fábricas de cerveza artesanal que tenían sus propios bares. Sacramento, Palo Santo, Sajonia, primero y luego Poros, Pinozá, Simon Dice y The Hop, por citar aquellos que nos vienen a la memoria.
Sería injusto recordar sólo la trayectoria gastronómica de Don Antonio Palazón, ya que su vida trascendió con mayor importancia en otros ámbitos. Fue toda su vida un político de extracción liberal. Sufrió el exilio a los 28 años a causa de la dictadura reinante. Debido a las torturas sufridas casi quedó paralítico, Fue un gran luchador por los Derechos Humanos y fundó el Tribunal Ético contra la Impunidad. Contribuyó a encontrar los cuerpos de los políticos desaparecidos y enterrados en la Agrupación Especializada.
Escribió el libro denominado “Lágrimas y esperanzas de generación postergada”, donde relata las experiencias de su vida política. Cabe agregar que fue dirigente de la Unión Industrial del Paraguay y tenía un programa periodístico en Radio Cáritas. Que descanse en paz.
Links de interés
El “fabriquero” sigue tan campante a los 86 – El Omnivoro
El Fabriquero, todo un fenómeno cervecero – El Omnivoro