Desde hace ya unos años, en la Argentina vienen divulgándose platos y recetas de nuestra gastronomía típica, como si fueran productos originarios del vecino país. Uno de los tantos casos, es el de la sopa correntina, que no es otra cosa que una sopa paraguaya al estilo correntino, pero sopa paraguaya al fin. Un alimento ancestralmente paraguayo, pero al que quieren desconocer esa paternidad atribuyéndola a la cultura guaranítica y por lo tanto común a varios países de la región.
La sopa correntina tiene los mismos ingredientes que la sopa paraguaya y la diferencia está en que le agregan pollo y es un poco más húmeda. Los argentinos admiten que es parecida a la sopa paraguaya, pero le llaman sopa correntina cuando que en realidad debiera ser sopa paraguaya correntina o al estilo correntino. Lo más característico de la sopa paraguaya es que un alimento sólido. No hay en el mundo un ejemplo similar.
Los argentinos que viven en el nordeste de dicho país, abarcando las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones tienen muchas raíces que absorbieron de Paraguay, desde tiempos de la colonia. La mayor parte de sus comidas típicas son las mismas que nosotros también reconocemos como típicas. Son paraguayas. Nuestros antepasados ya eran conocidos como paraguayos antes de la independencia. Ya sea por orgullo, por vergüenza, por ignorancia o avivada.
El argumento con el cual tratan de ningunear nuestra gastronomía típica es que todos esos territorios junto a Paraguay y otras zonas de Brasil y Uruguay pertenecían al área guaranítica por lo tanto hay platos tradicionales comunes. Así, la sopa paraguaya, la chipa guazu, la chipa, el mbeju y tantos otros son guaraníes y no paraguayos. Incluso atribuyen a las Misiones Jesuíticas la expansión de esa cultura gastronómica más allá de los límites actuales de cada uno de nuestros países.
Pero esta tesis, no tiene en cuenta que los platos que ellos se atribuyen por herencia de la cultura indígena es fruto de la fusión entre la cocina indígena y la cocina española, que se da en Asunción a partir de 1536. La gastronomía allí surgida ya no es ni guaraní ni española, sino paraguaya. Los indígenas no conocían el uso de la leche y el queso, que llegaron con los vacunos traídos de España. Estos productos se amalgamaron con el almidón y el maíz de los guaraníes y nacen así la chipa guazú, la chipa, el mbeju (tal como lo conocemos hoy) y la sopa paraguaya (nombre que adquirió posteriormente).
Otro detalle que no se tiene en cuenta, es en 1580 partieron de Asunción, los contingentes de españoles, mestizos, criollos e indígenas que refundaron la ciudad de Buenos Aires y en el trayecto fundaron unas 70 ciudades en Argentina, entre ellas Corrientes y Córdoba. Este contingente, llevaba consigo sus aperos de cocina y sus costumbres culinarias que ya se habían consolidado en Asunción. Incluso hatos de ganado vacuno que se fueron reproduciendo aquí desde la famosa llegada de “un toro y siete vacas”.
Además, el territorio de Formosa era paraguayo escamoteado por los argentinos después de la Guerra del 70 y ciudades como Posadas, Formosa y Resistencia y muchos otros experimentaron una nutrida migración de paraguayos, que huían del país a causa de las numerosas revoluciones hasta la de 1947, año después del cual también hubo muchos exiliados políticos. Muchos habitantes de esas ciudades tienen ascendientes paraguayos. No es raro que hayan adoptado nuestras usos y costumbres.
A pesar de todos estos presupuestos se niegan a admitir que lo que presentan como comidas típicas de sus regiones sean todos paraguayos. Hay libros de textos oficiales en donde enseñan a los estudiantes que una comida típica del nordeste argentino es la sopa paraguaya. Situaciones como esta vienen repitiéndose con mucha periodicidad desde hace algunos años. En la televisión pública argentina existe un programa denominado Cocineros Argentinos, donde a menudo incurren en este error. No quieren admitir como paraguayo algo que para ello es típico.
Normalmente, los argentinos tratan de ningunearnos en todos los órdenes. Ahora que está de moda la gastronomía notamos más de esas actitudes en relación a este tema. Pero la gastronomía no solo está de moda, sino que adquiere un importante rol económico por el hecho de que va indisolublemente ligado a la promoción turística. Los viajeros se interesan más por lo que se come en los lugares que visitan antes que por sus monumentos y bellezas naturales. Para los argentinos, no se ve bien, que sus comidas típicas tengan origen paraguayo.
Pareciera que existe un trabajo oficial y coordinado del vecino país para posicionar la gastronomía de la región como producto de la cultura guaraní. Wikipedia está llena de referencias de este tipo. Allí fue que encontramos, o nos enteramos, de la existencia de la sopa correntina. La UNESCO, no hace mucho tiempo posteó en sus redes sociales que la chipa era un producto originario de Misiones y en esta provincia promocionan que el ilex paraguariensis (yerba mate) es también originario de esa región.