Las ollas populares siguen vigentes que nunca. De ellas depende la alimentación de miles de personas afectadas por la pandemia. A veces los organizadores recurren a figuras conocidas, sobre todo el ámbito gastronómico, para llamar la atención sobre la labor que están realizando y así además lograr una pequeña notoriedad que les permita recibir ayudas. Este es el caso que hoy nos ocupa y corresponde a un humilde asentamiento de Luque.
Walter Ferreira y Osvaldo Villalba, son dos chef que se hicieron conocidos a raíz de la participación que tuvieron en el reality de cocina MasterChef Paraguay Profesionales. Ferreira llegó casi hasta las instancias finales, es el chef ejecutivo del restaurante Kaiseki y Osvaldo actualmente se encuentra trabajando en forma independiente. Ambos estuvieron el martes pasado colaborando con un grupo de vecinos. Walter ya estuvo en otras ocasiones y fue contactado por los organizadores a través de su actividad en la Pastoral Social de la Iglesia.
La olla popular se realizó en el asentamiento 16 de Julio, en el barrio Ykuakaranday de la ciudad de Luque, en el comedor que tiene la parroquia Cristo Rey. En esta oportunidad cocinaron guiso de arroz con pollo y guiso de arroz con carne para unas 400 personas que habitan en el lugar.
“Esta idea se inició el lunes 29 de marzo, cuando un grupo de padres, alrededor de 10 personas, nos reunimos para ayudar a la gente y como no teníamos un ingreso, junto con mi esposo pedimos ayuda a nuestros familiares y ellos nos giraron 300 mil guaraníes. Luego haciendo la famosa vaquita empezamos a cocinar el 1 de abril, un rico guiso de fideo con carne molida para 300 personas”, relata Noemí Concepción Marecos Florencio, la principal organizadora de esta iniciativa.
Para que les llegue la ayuda, recurrían al concurso de algunos famosos para hacerse conocidos (así fue que contactaron con Walter) y posteriormente ya entraron en el calendario de ayudas de la Pastoral Social de la Iglesia, que permanentemente asiste a los barrios carenciados y asentamientos merced a la ayuda de los feligreses y personas de buena voluntad. Recurrieron a la asistencia del párroco Gilberto Gauto de la parroquia Cristo Rey de la zona. “Y así gracias a la Divina Providencia ya alcanzamos a servir 15.700 platos de comida”, dijo finalmente Noemí.