Se van cumpliendo matemáticamente las predicciones acerca de quiénes podrían ganar la primera temporada de MasterChef Paraguay. Anoche se clasificaron para las finales Isabel, María Liz y Diego. El chinito (cariñosamente) Joseph quedó eliminado y en la próxima edición se conocerá quién recibirá el título de Primer MasterChef Paraguay, o mejor, Primer AmateurChef Paraguay, a tenor de lo que siempre dice Rodolfo Angenscheidt. Pese a que existe un ostensible mejoramiento en el nivel gastronómico.
Isabel fue la primera finalista y no tuvo que pasar por la ronda de eliminación. Y para nosotros sigue siendo toda una incógnita. A lo largo del programa no ha demostrado cuál es su verdadera habilidad gastronómica. Eso sí, se mantuvo siempre en el justo medio. Haciendo lo mínimo necesario para no desentonar. Anoche, le sonrió la fortuna, porque fue la que tuvo que hacer el plato más fácil: soyo con tortillitas. Mientras que los demás participantes tuvieron que lidiar con preparaciones más complicadas.
Diego debió preparar una torta, María Liz una cazuela de pescado y Joseph, un budín. Eran los peores platos que habían preparado cada uno de ellos a lo largo del programa. Además de que no tuvo que bailar con la más fea, Isabel es una concursante muy aplicada. Atiende, escucha y asimila los consejos de los miembros del jurado. Probablemente, practica mucho. Y nos queda una duda. ¿Saben de antemano los participantes qué platos deben preparar?.
Por su parte, Diego mostró una consolidación interesante. No le gustan los platos dulces. Anoche, como el mismo lo manifestó se quitó una piedra del zapato. Hizo una torta que casi casi estuvo impecable. Le traicionaron dos detalles: no le puso almíbar al bizcochuelo y a la hora de decorarla no esparció correctamente el merengue con la espátula sobre el bizcochuelo, razón por la cual le quedaron pequeños agujeros en el decorado que hizo finalmente utilizando la manga.
En la ronda de eliminación su plato fue el mejor. El lomo de cordero asado con salsa de pomelo rosado y mburucuya, acompañado de quínoa y champignones tuvo la presentación más decorosa. Sumado esto, a que su torta casi obtuvo también el primer lugar en la prueba inicial, muestra que está bien aquilatado para la final. Normalmente, los participantes, en la última instancia, tienen que presentar un plato salado y un postre, y Diego es que el que viene con una mejor perfomance, en ese sentido.
María Liz, se desaceleró en las instantes finales. Es la que, a lo largo del programa demostró tener mayor solvencia profesional. Sin embargo, trastrabilló el día en que tuvo que preparar un plato a su entera elección: ella se decidió por una cazuela de surubí. Fue el peor plato que preparó en todo el programa. Anoche, tenía la oportunidad de redimirse, ya que se trataba de una preparación que a ella le gustaba.
Sin embargo, se equivocó otra vez, porque su plato tenía un exceso de acidez, probablemente por una exageración en el uso del limón. Conste que tuvo en cuenta las recomendaciones que había recibido del jurado. En la prueba de eliminación, su lomo de cordero asado, con salsa de cítricos y crema ácida, acompañado de quínoa quesu, no convenció al jurado y la eliminación tuvo que decidirse entre ella y Joseph, con el resultado ya conocido.
Resumiendo y haciendo un pronóstico lógico, Diego y María Liz son los principales candidatos a ganar el MasterChef. Si tuviéramos que hacer una calificación de todas sus actuaciones en el programa, de seguro estarían en la punta. Sin embargo, Isabel está al acecho y por alguna razón llegó a las instancias finales sin hacer mucho ruido.
Joseph, que ya tuvo graves problemas con la preparación del budín en la primera prueba de la noche, se enfrentó con sus fantasmas en la eliminación. El jurado José Torrijos cuando le preguntó qué iba a preparar, al conocer la respuesta, le dijo que no era tiempo para andar con experimentos. Pero el chinito (cariñosamente) siempre se inclina hacia una cocina de ascendencia oriental con un pretendido toque diferente. Pero como aun no domina la técnica, sus resultados siempre son imprevisibles. Su cordero con salsa de morrones y quinoa con hongos y parmesano se quedó en el intento.
Finalmente, hay que decir que hubo un notable mejoramiento en el nivel gastronómico de los participantes. Los errores gruesos desaparecieron. Pero queda todavía una abismal distancia para llegar a técnicas nuevas y depuradas, creatividad en la formulación de las recetas y presentaciones atractivas y acabadas. Rodolfo Angenscheidt sigue llamándolos aficionados a los participantes. Por eso, lo que cabría es otorgarle al ganador el título de Primer AmateurChef Paraguay.