Miles de comensales se congregaron ayer en el evento denominado “Kure Luque Ara”, en el predio del Garden Club Paraguayo, y que coincidió con un festival de asadores de América. Un gigante encarpado no dio abasto a tantos ansiosos comensales y, desde luego, toda la carne y los embutidos, hasta una paella para 500 platos, no fueron suficientes.
Primer Congreso y Encuentro Internacional Latinoamericano de Asadores 2018, se llamó el acontecimiento realizado, a puro sol, en las cercanías del aeropuerto internacional de Luque, donde el kure asado, el kure chyryry, kure guiso y los tradicionales embutidos de la ciudad de Romerito fueron de consumo masivo.
En el enorme patio reservado para el almuerzo fueron montados los diversos stands y, sobre todo, las fogatas donde se cocían desde un novillo entero a medios costillares de ovejas y chanchos, estos tan enormes como aquellos. A propósito, como particularidad del evento se exhibieron cerdos luqueños pesados frente al mismo público, siendo el de mayor peso un ejemplar de 412 kilos por lo que su propietario recibió como premio 2.500.000 guaraníes en efectivo de parte de los organizadores. Como se nota, no solo era carne sino hasta los chanchos vivos, como debe ser en el Kure Luque.
Un gigante escenario albergaba a artistas que aportaban la música, sobre todo la nativa. En el comedor no había donde poner un pié cuando marcaron las 12.00, en los puestos de los apetitosos platos las colas no acababan, una romería pocas veces disfrutadas. Ante la falta de mesas y sillas, todas las que se tenían no daban abasto, cientos de visitantes adquirían las raciones y volvían con ellas a degustarlas en las casas.
“Esto es increíble”, dijo Roger Ayala, un paceño radicado en Santa Cruz de la Sierra, y que estuvo participando del festival junto a otros cinco bolivianos de su equipo. “Nos sorprende tanta gente y, sobre todo la calidad de la gente”.
Invitó a visitar su país para paladear las comidas “diferenciadas por regiones, que son tres, Altiplano, Valle y Oriente. Nosotros, los del Oriente, tenemos por ofrecer una comida típica hecha en base a carne seca, charque, llamada Mahau, un guiso de arroz acompañado por un huevo y un plátano frito. También tenemos el locro carretero, una sopa de gallina”. En el festival del Garden, los bolivianos ofrecieron Lechón a la cruz, lo que los paraguayos conocen con el nombre de asado a la estaca.
Por su parte, el asador Ramón Elías Vázquez, quien dice que llega a sus 55 años de edad porque consumen todos los días carne roja, de Neuquén, Patagonia, Argentina, resaltó la organización del evento luqueño y explicó que un asado de su tierra es diferente al de Paraguay por la textura del animal llevado a faena. Dijo que en Neuquén los corderos necesitan caminar mucho en busca del pasto y del agua, ejercicio que permite obtener una carne capaz de alcanzar la contextura ideal como para alcanzar palatabilidad.
“No, no ponemos sal a la carne. La dejamos cocer digamos al natural, de modo a apreciar el gusto, sobre todo a la carne de mi provincia”, dijo el hombre de sombrero negro y de alas anchas.
En otro fogón, en el de los brasileños, encontramos a quien se nos presenta como Doctor Paulo Picanha, es de Río Grande del Sur, pero trabaja en la gastronomía de Brasilia. El churrasco que preparaba corría hacia los platos como por un tubo.
El de Luque fue, sin dudas, uno de los banquetes más grandes del país. Miles de platos vendidos en un día magnífico, en un lugar acogedor. Queremos más, que se repita.