El personaje del programa de anoche fue la pizza cruda. Algo bastante insólito para un concurso de cocina. Por segunda vez consecutiva, la expectativa no estuvo centrada en cuál era el mejor plato sino en cuáles eran peores. No parece una competencia sino un descarte. Finalmente eliminaron a Evelin González pero hubo también otros candidatos que estuvieron a punto del raje. Masterchef aún no ha podido sacar a relucir lo mejor de los participantes pero es un programa que atrapa a la audiencia.
La prueba de eliminación tenía grado de dificultad cero. Los cocineros debían elaborar una pizza en 70 minutos con la única condición de utilizar el ingrediente que ellos mismos habían seleccionado: carne, mariscos, camarones, pollo, verduras, cerdo y embutidos. Hasta allí habían llegado: Fabián, Adriana, Erika, Arcenio, Luis, Evelin y Herminia. Cuatro de ellos tuvieron problemas con la masa cruda. Fabián zafó y quedaron para el juzgamiento final: Luis, Evelin y Herminia.
Luis no pudo contener las lágrimas ante la situación pero recibió la bendición de Rodolfo Angenscheidt “no por llorar sino por ser el mejor de los tres peores”. Antes del veredicto del jurado, Evelin ya recibió algunos comentarios que anunciaban el final. “Los camarones deben tomar sol”, le dijo José Torrijos criticando el color claro que exhibían antes que el rojizo que les caracteriza cuando pasan por la cocción. “¿Que pasó en los 60 minutos?”, le preguntó Angenscheidt y el mismo se contestó “el destino”, como justificando el inexorable final.
Herminia, que por segunda vez consecutiva estaba en la ronda de eliminación, tuvo algunas cosas desopilantes. A más de la masa cruda (como todos) utilizó los mariscos con su cáscara y además le agregó como topping una salsa bechamel. Conocido el final, cabe mencionar que la mejor pizza de la noche fue la preparada por Erika, la cirujana plástica brasileña, quien sin embargo en la primera prueba de la noche fue una de las responsables del peor plato.
La prueba de la caja misteriosa fue también una competencia entre los menos peores, no entre los mejores. Los participantes fueron divididos en pareja y a cada pareja le correspondía una caja misteriosa. Para todos, la caja contenía el mismo producto: pulpo. Sorpresa y estupor se dejaba ver en los rostros de los concursantes. Un ingrediente difícil, poco conocido en nuestro medio, pero con mucha presencia en los restaurantes de alta cocina. El jurado tuvo que aplicar una regla muy laxa para el juzgamiento sin entrar a considerar un punto fundamental en este producto, como es el punto de cocción.
Lo anecdótico de este momento fue que la pareja que formaron Toribia y María Liz fue la que preparó el mejor plato. Un fideo con tomates cherry, verduras y rodajas o trozos de pulpo. Toribia no había visto un pulpo en su vida pero se las arregló con María Liz para impresionar al jurado. En esta prueba fue donde Erika y Fabián presentaron la peor preparación lo que les costó pasar a la ronda de eliminación.
Hasta el momento, no se ha podido ver en Masterchef ninguna preparación gastronómica muy destacada. El jurado ha tenido muy poco trabajo, porque Rodolfo, Eugenia y José fueron convocados para que con sus capacidades y experiencias puedan discernir los platos destacados, las mejores presentaciones, las recetas innovadoras, el dominio de la técnica etc. Se han limitado a separar la paja del trigo. Ni siquiera todavía pudieron desarrollar bien ese “papel” de fieras que les exige el formato del programa, porque todas las evaluaciones se limitan a lo elemental y básico. Pero a medida que trascurran los programas seguramente irán decantándose los mejores. Y el favoritismo de la audiencia no tendrá que inclinarse hacia quién es menos peor sino hacia los mejores. Comentarios aparte, el programa de Telefuturo tiene una realización impecable.