Esa figura del título nos la dibujó Raymundo Ferraris, un sommelier argentino que estuvo por nuestro país recientemente. Es que el amante del vino un día puede estar con un argentino, al otro día con un chileno, al siguiente con un europeo, un norteamericano o un neozelandés. No importa que sea blanco, tinto o rosado. En la variedad está el gusto. Una regla que aplican los seguidores de Baco y otros lo usan como norma de vida.
Y nos explica de la siguiente manera. La función primaria del vino es la de acompañar a las comidas. Y para ello es necesario buscar el matrimonio o maridaje adecuado. Uno no ingiere todos los días la misma comida. Es aburrido comer siempre lo mismo y por lógica consecuencia tampoco uno toma el mismo vino todos los días. De ahí que la infidelidad es “fantástica”, califica Ray.
Estuvo por negocios en nuestra ciudad, semanas atrás, pero tuvo tiempo para organizar una cata, nada menos que en lo de Carmen Nogues, una especie de sacerdotisa paraguaya de las infidelidades. Su casa es un como un templo donde por todos los rincones se puede apreciar elementos de adoración a Baco. Está apropiadamente equipada para las ceremonias colectivas de infidelidades. Es además una fetichista, colecciona objetos y apuntes para documentar estas incursiones.
Y la gente como uno, que adhiere incondicionalmente a la monogamia no puede evitar caer en las infidelidades cuando lo invitan a una de estas ceremonias (los que apelan a los tecnicismos le llaman catas) donde las tentaciones afloran en cada copa. Tentaciones que fueron seleccionadas prolija y meticulosamente por Carmen y Ray. Si no vean el tenor de las degustaciones y después seguimos con esto de las infidelidades.
Bienvenida
Vinagreta de Mariscos
Escorihuela Pequeñas Producciones, Chardonnay 2014
Entrada
Burrata con salsa suave de tomate y albahaca
Santa Digna, Merlot 2014, Miguel Torres
Entrada dos
Cotle con taboulé y crema de yogurth
Los Nobles Malbec Verdot 2012, Luigi Bosca
Principal
Goulasch con arroz basmati y azafrán
Robert Mondavi, Napa Valley, Cabernet Sauvignon 2012
Postre
Panqueque con dulce de leche
Casa Silva, Semillon Gewurztraminer 2011 Late Harvets
Carmen tiene la ventaja de que su marido le consiente esto de las infidelidades y a veces le estimula y la ayuda. Como en este caso, que se encargó de preparar los platos con la misma efusión con la que su señora prepara la degustación de los vinos. La velada, por el tenor de las infidelidades cometidas puede considerarse una de las mejores catas a la que hemos asistido.
Ray que es un sommelier experto en maridaje, uno de los principales docentes de la escuela de cocina Gato Dumas, sorprendió en cada paso. Desde el Chardonnay con años de madera, pasando por el merlot chileno de Torres acompañando a una sin igual burrata, la novedad de la cepa Malbec Verdot de Luigi Bosca y culminando con un elegante Cabernet Sauvignon de Robert Mondavi. Y cuando parecía que era el final, apareció a los postres el Casa Silva Semillon Gewurztraminer, prolongando un sin igual ejercicio de infidelidades.
“Con el vino encontras esa salida de la monotonía y el tedio gustativo. Uno come cosas distintas y siempre vamos a encontrar un vino bien adecuado para cada ocasión. Es mucho más lindo comer cinco pasos con distintos vinos que tomar un solo vino con un bife de chorizo”. La voz de Ray resonaba en medio de la algarabía provocada por los “duendes mansos del vino”. Y por qué no decirlo, en medio de cierta preocupación por si nos encontrábamos con alguna barrera policial nocturna.