“Gastronomía sencilla, carne Premium, un festival de ensaladas frescas. Todo acompañado con un show musical en vivo que tiene un arranque folclórico, un intermedio con música internacional y un cierre bailable. La gente come bien y con calidad bajo un techo de paja y estructura de karanday. Todo a precio razonable”. Es la definición exacta que Francisco Ingolotti hace del Restaurante “Ciervo Blanco”, único en su género en Asunción y que en estos días abre con cupo lleno por la infinidad de cenas de fin de año que las empresas realizan ahí con su personal.
El local abrió 15 años atrás y se mantiene en un contexto de mercado difícil y competitivo. El local tiene lugar para 500 comensales y hay pista para que los concurrentes bailen, dándole al proceso digestivo un toque de diversión muy sana. La gente abandona el restaurante tras haber degustado buen churrasco con ensaladas, sopa, chipa guazú y con un tono de celebración que le genera un público fiel.
La música está en la esencia del negocio” nos comenta Ingolotti y sitúa a su principal concurrencia en la faja de 40 años para arriba. Hace hincapié en la calidad de la carne y explica que el show comienza a las 21:30 con una apertura folclórica que incluye danza y arpas con apoyo de imágenes de lugares históricos y turísticos de Asunción.
Afirma que “solo con música paraguaya no hay sustentación porque el público paraguayo no quiere escuchar música paraguaya”. Dice que el esfuerzo de “Ciervo Blanco” se orientó en todos estos años a desvirtuar la idea instalada en la mente de mucha gente de que ahí donde hay un restaurante con música paraguaya, la comida y el servicio son malos.
El producto musical del restaurante incorpora una hora después de la apertura, folclore latinoamericano, música internacional y finalmente el cierre es con música bailable. La gente cuando va al local sabe lo que va a recibir.
El restaurante es único en su género a pesar de que los shoppings, los supermercados han incorporado espectáculos en sus patios de comida, un poco a partir del modelo “Ciervo Blanco”. Es la tendencia que ha marcado este restaurante que está sobre la calle José Asunción Flores 3870 c/Radio Operadores del Chaco.
En cuanto a turismo, Asunción es una ciudad de paso. Contingentes que por ejemplo vienen de Chile y quedan una noche acá, rumbo a Brasil tienen ahí un oasis en el camino. Es un público interesante dice Ingolotti pero no le da la trascendencia que un observador podría tener. Más bien le da una importancia relativa, lo mismo que el segmento de extranjeros que vienen al Paraguay a estudiar el mercado o a invertir y que también pasan por el lugar.
No todo es color de rosa en el negocio. “Pasamos por momentos muy duros 3 años atrás. Se abren restaurantes nuevos que luego se cierran porque el mercado se auto depura; pero mientras dure la curiosidad de la gente que va a los nuevos locales, eso nos resta concurrencia“ dice. Luego, la gente retorna y así se va haciendo el camino.
50 grupos musicales y los grandes momentos
Más de 50 grupos musicales paraguayos rotan durante todo el año por el escenario del restaurante. “Todos los grupos nacionales han pasado por este lugar en este tiempo” comenta Ingolotti. Es un esfuerzo tremendo dice y advierte que presentar un pedazo de la cultura artística paraguaya en cada función no representa para el restaurante algún apoyo del departamento de Cultura de la Municipalidad de Asunción ni del Ministerio de Turismo.
Por otro lado, celebra que entre los nombres internacionales que dieron lustre a su restaurante, figuren Soledad Pastorutti, Los Nocheros, María Marta Serra Lima, Luciano Pereira, Valeria Lynch, Sergio Denis, Los Rancheros, Carmen Barbieri.
En una de esas, dándose una vuelta para comer buen churrasco con ensalada y hallar paz en la música, tal vez usted se encuentre con alguno de esos pilares del arte musical de la región. Esto es “Ciervo Blanco”.