alagló primeroComo toda mamá, ella quería darle de comer lo mejor a sus hijos. Ella misma preparaba las comidas, inclusive estudió para ello.  Sólo que a veces se complicaba cuando sus hijos querían medialunas y en el barrio no había donde surtirse. Allí comenzó a barruntar la idea de que también tenía que conocer de panificados y confitería. Así comenzó, hace 17 años la historia de Sabores Alagló, un típico ejemplo de como una tradición familiar se convierte en gran negocio.

Toda una vida se pasó alimentando a sus hijos, hasta que crecieron, terminaban el colegio y cada uno de ellos comenzaba a experimentar el mundo más allá  del cobijo familiar. Cuando mamá aprovechó una oferta para comprarse una panadería del barrio, todos los hijos pensaron que lo hizo pensando en que como estaban grandes, debían ayudar en ese emprendimiento. Se equivocaron, otros eran los motivos que la impulsaron.

Ella, que había estudiado la carrera de sicología, sabía perfectamente cómo venía la cosa para sus adentros: el síndrome del nido vacío. Y además tantos años, días y noches amasando amor con ambas manos para dar de comer a la familia.  Algún conducto debía encontrar para canalizar esa vocación que desarrolló cumpliendo su labor de madre. Eran tiempos difíciles, corrían los últimos años del siglo pasado y la crisis financiera de los 95 aún dejaba sus secuelas.

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Gloria Torrás juntos a sus hijos Angel y Jorge, que colaboran con ella en el emprendimiento gastronòmico. Aparecen también las nueras.

De ahí que, la pequeña panadería con la que comenzó (un horno y una amasadora)  no era sólo una válvula de escape sino también  un medio con el cual contribuir a la economía familiar. Primero fueron los panes, luego productos varios de confitería, siguieron los sándwiches y las empanaditas. Y poco a poco, enfrente de la casa familiar fue acomodándose un local que sirvió de fábrica y también de salón de ventas y atención a los clientes.

Todo lo que tuvo que hacer fue tratar de volcar hacia terceros todo el amor con el que preparaba la comida para su familia. Típico negocio de barrio, instalado en la calle Teniente Garay 2.216 casi Zorrilla de San Martín, en el corazón del Barrio San Vicente, a una cuadra de la Iglesia del mismo nombre, fue expandiéndose gracias a la publicidad del boca a boca y adquiriendo identidad propia. Por entonces, en los alrededores y allende el barrio ya era conocido por Sabores y Colores.

Pasaron muchos años de paciente y continua labor tratando de transmitir el valor y el amor por la buena comida aprendidos en el hogar. Sabores y Colores se convirtió con los años en una interesante propuesta gastronómica “perdida” en uno de los barrios de la ciudad. A la panadería, confitería, y minutas se sumaron los servicios al plato y el delivery.  Y el local que se inició sólo con un horno de panadería se convirtió en un portento que hoy día tiene capacidad para 100 personas.

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Una de las propuestas de la carta del restaurante. También tienen un servicio de buffet.

“Siempre nos impulsó el deseo de llevar alegría a la mesa y al corazón, y contribuir al buen vivir de nuestra comunidad a través de alimentos sanos y naturales hechos como en casa”, nos dijo María Gloria Torrás, madre de tres hijos, todos ellos profesionales, entre quienes se cuentan a dos abogados y un odontólogo. María Gloria recientemente tuvo que afrontar el fallecimiento de su esposo.

La empresa familiar llegó así al año 2013, con el desafío de tratar de afrontar el futuro con nuevos proyectos y fue entonces que comenzó a encarar su cambio de imagen que incluyó el nombre. De Sabores y Colores pasó a llamarse Sabores Alagló,  porque todo lo hacen con el estilo y carisma de la fundadora María Gloria. A esta altura, los hijos ya se habían integrado a la estructura del negocio familiar.

Uno de ellos, Jorge Almada Torrás se constituyó en gerente de la firma gastronómica. Siendo abogado hizo un postgrado en Administración de Empresas y comenzó a encarar la transformación del negocio. “Luego de realizar un diagnóstico sobre la realidad de la empresa, se realizó una planificación estratégica en donde se planteó denotar la esencia del alma de la empresa, en la imagen de la fundadora. A partir de allí, se hizo un cambio general, desde la fachada del local hasta los servicios prestados. El local fue renovado y actualizado totalmente, dentro de ese mismo plan está previsto también la expansión con nuevas sucursales”, dijo.

La primera de las sucursales de Sabores Alagló se inauguró recientemente. Está ubicado en Juan de Salazar y Manuel Pérez, en el barrio Las Mercedes, que tiene capacidad para unas 50 personas. La empresa, contando ambos locales cuenta actualmente con más de 50 empleados.

La irrupción de los hijos trajo una modernización general en el negocio familiar. María Gloria extraña su pequeña libreta de apuntes hechos a mano en donde anotaba las recetas; la agenda con la cual llevaba las anotaciones para la contabilidad. Hoy pasaron a un sistema por computadoras y la cocina se maneja con un chef ejecutivo (Derlis Bogado) y para la confitería cuentan con el asesoramiento de Jorge Leiva.

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En materia de confietería, Sabores Alagló tiene una variada oferta. La foto muestra un detalle de la mesa de dulces que se preparó en la inaguración del nuevo local.

“La esencia se basa en hacer las comidas como hago en mi propia casa, así como alimenté a mis hijos cuando eran niñitos. Todo lo que hago lo hago con amor y trato de hacerlo de la mejor manera, ese es el único secreto”, nos revela María Gloria.

“Se mantiene una línea bien familiar, de la casa, justamente nuestra imagen busca reflejar la calidez del encuentro que hay alrededor de una madre que te invita a comer.  Queremos ser una empresa familiar modelo por su organización, innovación y calidad. Reconocida por brindar mejores servicios y productos gastronómicos con alcance nacional e internacional”, interviene su hijo Jorge.

Ahora Sabores Alagló, es un verdadero complejo gastronómico que ofrece una alta variedad en productos,  todos los tipos de panes tradicionales y especiales, con línea artesanal, el área de pastelería, tortas frías, postres y tortas decoradas. El área de confitería, cuenta con la producción de facturas dulces, masas, bollos, galletitas, postres dietéticos con línea sana, tartas, postres de frutas. Y asimismo, cuentan con una chocolatería.

En el área de rotisería, o cocina fría, tienen toda una línea de pizzas, empanadas, tartas, fugazzas, bocaditos, sándwiches. También el área de cocina caliente, con servicio de buffet, y la novedad del restorán, con servicio de carta en mesa con variedad de opciones. “Además de todas estas variedades, contamos con servicios de té, catering para eventos y servicio de entregas a domicilio. Todo esto está inspirado en el deseo de llevar alegría a la mesa y contribuir al buen vivir de nuestra comunidad a través de alimentos sanos y naturales hechos como en casa”, enfatizó.

Es también de destacar que los precios de sus productos son bastantes accesibles. Algunos platos de carnes nos dan una idea de ello: Lomito grille, papas horneadas a la provenzal, 45.000; Lomito a caballo con arroz quesú, 49.500; Lomito a la pimienta con arroz pilaf y pasas al ron, 52.000. En materia de pescados: Salmón en salsa de alcaparras y olivas con brócoli y coliflor salteados, 85.000; Surubí al limón con zanahorias y papas al vapor, 65.000, Surubí al roquefort con arroz y vegetales al wok, 70.000.

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El nuevo local de Sabores Alagló ubicado sobre Juan de Salazar esquina Manuel Pérez. Una casa antigua refaccionada en pleno barrio Las Mercedes.

En la materia de pastas los ravioles de salmón en salsa roquefort es lo más caro, 45.000. Una paella mixta para dos personas sale, 130.000 y la paella de mariscos, también para dos, 150.000. La variedad de ensaladas incluye una marroquí (cous cous, lentejas, crudites de verduras, vinagreta francesa, aceite de menta y albahaca) a 40.000 y una ranchera (variedad de lechugas, pollo ranchero, tomatitos cherry, cebollas moradas en aros y juliana de tortilla francesa) también a 40.000, entre las más caras. A esto, hay que sumar las pizzas artesanales, los grandes sándwiches y las minutas en general. En ambos locales tienen también un servicio de buffet cuyo precio es de 60.000 guaraníes el kilo.

Facebook: Sabores Alagló

 

 

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por Gastro

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