Superaron las expectativas más optimistas que tenían con su apertura. Inicialmente, solo iban atender en la barra de la planta baja, pero la demanda forzó a que habilitaran el salón y la terraza, del segundo piso, pese a la advertencia de que para esos espacios no se podía garantizar la buena atención. «No podemos contener la avalancha de personas», nos dijo la gerente del Lido Bar. El primer fin de semana lo pasaron a tope y puso a prueba su capacidad de producción y atención al público.
La apertura del Lido Bar en la manzana T (Cruz del Chaco y Mariscal López) fue todo un suceso según nos comentaron los responsables y los empleados de local. A toda hora, hay clientes pero es en el tiempo del almuerzo y la cena cuando el bar se llena totalmente.
El último sábado y el domingo siguiente, fue cuando la concurrencia fue mayor. El sábado, a la noche incluso, durante el diluvio que cayo sobre la ciudad. En dichos días, a la hora del almuerzo, decae totalmente la actividad en la zona, pero aún así no bajó la asistencia de clientes.
En los planes, sólo estaba previsto habilitar la planta baja, donde se encuentra la famosa barra circular, donde hay capacidad para 50 personas. Posteriormente, iban a habilitar el salón de planta alta y la terraza a medida que se afianzaban en la producción y el servicio.
Sin embargo, la demanda obligó a los responsables a flexibilizar la decisión y ambos sectores de planta alta, se habilitan al público, bajo la advertencia de que no cuentan con el personal suficientemente entrenado para tal menester.
«Estamos tratando de calmar a la gente porque no podemos garantizar una atención del 100 por ciento y todavía no está habilitada la cocina en el segundo piso», nos dijo Esther Bazán, gerente general del Lido Bar, quien hizo hincapié en que la buena atención siempre fue uno de los pilares del Lido Bar.
Aun considerando esta medida tuvieron que adoptar la modalidad de exigir reservas para la planta alta a fin de evitar aglomeraciones incómodas. Aun con las advertencias mencionadas, recibieron pedidos de reservas para 10, 15 y hasta 20 personas.
Tampoco contaron con que iba a haber una sobrecarga en la producción. La mayor parte de los alimentos que se consumen en Villa Morra son pre elaborados en la cocina del Lido Bar centro y son transportados de un lugar a otro en un pequeño camión refrigerado especialmente equipado para el efecto.
Calcularon que el vehículo con dos viajes que hiciera a la noche, horario de menor tráfico vehicular, sería suficiente para abastecer de productos e insumos al local de Villa Mora. Hoy día, el vehículo, a parte de esos viajes nocturnos, tiene que hacer muchos más.
Los productos que más se consumieron en lo que va de la existencia del Lido Villa Mora son las empanadas y el caldo de pescado, según nos revelaron las empleadas del local.