Tradicionalmente se cree que los establecimientos tranquilos, con luz tenue y música ambiental suave posibilitan que la gente goce más de lo que consume, pase allí más tiempo y por ende gaste más. Sin embargo, un estudio realizado en Estados Unidos revela que la luz brillante y el ruido de un local de comida rápida influye en la cantidad de alimentos que se consume. En estos últimos se consume más que en los primeros.
La investigación fue realizada en la Universidad de Cornell, Nueva York y el Instituto de Tecnología de Georgia y el tema enfocado fue: cuál es el impacto del ambiente de los lugares donde comemos en el número de calorías que consumimos.
Para llevar a cabo la investigación sometieron a varios participantes a dos experiencias distintas de comida. Convirtieron la mitad de un conocido restaurante de comida rápida en Illinois en un establecimiento de “alimentación refinada”.
Analizaron cuántas calorías consumían los participantes en cada uno de los ambientes: el de comida rápida, con decoración amarilla y rojo, luces brillantes, música de rock a volumen alto y prisa y el ambiente más refinado y tranquilo, con luces a media luz y música instrumental de jazz a volumen bajo. En ambos ambientes ofrecieron a los participantes el mismo menú del restaurante de comida rápida.
LOS RESULTADOS
El principal resultado que arrojó la investigación es que: En el ambiente relajado y más sofisticado los clientes consumieron en promedio 175 calorías menos. Según las conclusiones, un local gastronómico que cuente con un ambiente de restaurante más estimulado y energético provoca que la gente coma en exceso porque se le alienta a comer más rápido.
Según los autores de la investigación “si la atmósfera del restaurante provoca que la gente se sienta más relajada y pase más tiempo disfrutando su comida esto conduce a que coma menos”. Lo cual pone en tela de juicio la noción que generalmente se tiene de que “en un restaurante refinado consumimos más porque la atmósfera relajada nos permite quedarnos más tiempo que en un establecimiento de comida rápida”.
Otra conclusión que sacan los investigadores es que “la luz y el ruido parecen influir en el consumo de alimentos porque tienen un impacto en el tiempo que pasa un individuo comiendo. Con música de rock pesado tenemos la urgencia de comer rápidamente”.
Anteriores estudios de psicología acerca de la influencia que las luces brillantes como el rojo y el amarillo determinaban que podían crear una ambiente agitado que hace que un individuo coma más y rápidamente. Lo que no se sabía hasta ahora es qué ocurre cuando esta misma comida se consume en un ambiente más calmado y tranquilo.
En el estudio que nos ocupa, la investigación se realizó entre los clientes habituales del establecimiento de comida rápida en Illinois. Esos clientes eligieron en qué sector del local querían ubicarse: en el área normal o en el área refinada especialmente preparada para el efecto. Se llevo un registro del tiempo que pasaban comiendo y la cantidad de comida que consumían.
Algo que sorprendió a los investigadores fue que aún cuando los sujetos del área refinada ordenaron, en promedio, más alimentos (muchos pidieron, por ejemplo, un postre), en general consumieron menos calorías. Además, a pesar de comer menos, los clientes del área refinada calificaron su experiencia y su comida de “más agradable”.
Otras conclusiones: si quieren consumir menos calorías y gozar más sus alimentos hay que comer más lentamente y reconocer cuando se está satisfecho.
A diferencia de lo que se cree (de que la gente que gasta más come más) suavizar las luces y la música de los establecimientos conduce a que la gente coma menos, goce más su comida y gaste exactamente el mismo dinero.
Este tema fue publicado en el sitio web de la BBC y el estudio completo en la publicación Psychological Reports, bajo el titulo Fast Food Restaurnat Lighting and Music Can Reduce Calorie Intake and Increase Satifaction.