En Santiago de Chile, una ciudad que sufre mucho con la contaminación del aire, las autoridades hicieron un llamado para que no se hagan asados a carbón. Hasta ahí nada que ver con nosotros, pero se apoyan en investigaciones sobre el impacto que tiene un asado en la contaminación y la salud. Y eso es para tener en cuenta.
Los chilenos comparten con los paraguayos dos aficiones con un común denominador. Gustan del fútbol y les encanta el asado. El denominador común será seguramente la carne paraguaya, que en el país trasandino goza de una especial aceptación.
Infelizmente, no compartimos con los chilenos la participación en el Mundial. Pero tanto allá como acá, los muchachos se reúnen a disfrutar de las transmisiones de televisión rodeados de un «asadacho», a la parrilla.
En Santiago de Chile, luego que las autoridades hicieran la recomendación de que no se hicieran asados, recibieron una andanada de críticas y reprobaciones a través de las redes sociales. Imagínense lo que sería si alguien osara aquí hacer algo parecido. El asado a la parrilla, probablemente sea la comida que más aceptación tiene en nuestro país.
Un asado contamina lo mismo que un bus del Transantiago, dice el estudio de la U. Andrés Bello, reproducido por el diario La Tercera de la capital trasandina.
“Un simple asado de carne es equivalente a 40 kilómetros recorridos de micros remodelados ( 400 kilómetros de un bus Transantiago o el equivalente a 1.300 días en Metro (3 años y medio)”, señala.
Según el citado medio que reproduce declaraciones del director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María, si 20 mil familias deciden hacer un asado, se necesitan 40 mil kilos de carbón, suficiente para entregar la energía que necesitan 54 buses del Transantiago en un día.
Más allá del impacto negativo que el uso del carbón ocasiona al medio ambiente lo alarmante son las precauciones que deben tenerse en cuenta a la hora de echar un asadito a la parrilla bajo el fuego del carbón.
“El humo visible es un claro indicador de la mala combustión del carbón. Si me acerco y los ojos lagrimean es porque me acerqué demasiado al humo e inhalé gases dañinos para la salud”, dijo un técnico especialista en la materia consultado por La Tercera.
Asimismo, recomienda hacer los asados en lugares abiertos y si es bajo techo el recinto debe tener mucha ventilación. Aunque no salga humo, el carbón igualmente está emitiendo monóxido de carbono, lo que puede tener consecuencias fatales.
“Las emisiones de la combustión del carbón de un asado pueden ser tan altas, que aunque el aire esté limpio igualmente el ‘asador’ o quienes le acompañan en la preparación se exponen a una concentración elevada de contaminantes, sobre todo en lugares de poca ventilación”, plantea el especialista.
Otra desventaja del uso del carbón es que emite material particulado, que son partículas de diámetro menor o igual a 10 micrones. Mientras menor sea el diámetro de estas partículas, mayor será el potencial daño en la salud.
En nuestro país, conocemos las consecuencias fatales del uso del bracero a carbón como método de calefacción en hogares humildes. El monóxido de carbono es la sustancia producida por la combustión incompleta de carburantes. Actúa en la sangre suplantando al oxígeno e impidiendo su llegada al cerebro y músculo, incluyendo el corazón.
Para los interesados en leer el artículo del diario La Tecera, de Chile, seguir este link.