No cualquiera puede pertenecer a ese círculo. Tiene que tener 90 puntos Parker para arriba. Y no se aceptan a los muy jóvenes, tienen que ser un poco o muy añejos. Y hay que tener Reserva. Después no se hace distingos de color de piel ni nacionalidades. Incluyen a los blancos, tintos, rosados y espumantes. No importan si provienen de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, EE.UU, Francia, Italia, Nueva Zelanda o Australia. Para ellos en el vino está la verdad (In vino veritas).
El responsable de esto es un argentino que hace 14 años reside en Paraguay. Y como la mayoría de los argentinos comenzó con el vino ya en su familia. Pero donde en realidad aprendió a consumirlo fue en el trabajo. – ¿Le daba en el laburo???. – Nooo!!!. Lo que pasa es que su jefe era un alemán. Alemán de Alemania no un alemán de m… quien después de las horas de trabajo reunía a sus colaboradores más cercanos y les invitaba con vino.
Cómo era un europeo, alto jefe de una super multinacional, no se andaba con chiquitas. Tomaban vino de lo mejor y aparte desplegaba los conocimientos que tenía acerca de esa bebida. Así fue que nuestro personaje, a quién por el momento identificaremos como Ricardo le agarró el gusto no sólo al vino, sino a los vinos buenos.
Pero, siempre hay un pero, Ricardo se casó con una paraguaya, a quién le gustaba la cerveza. Y como vino y cerveza no son bien avenidos, al comienzo cada uno andaba por su lado (sólo en materia de bebidas ¡ojo!). El con el vino y ella con la cerveza.
Hasta que un viaje a Mendoza cambió el destino de la pareja. Ella, a quien identificaremos como Claudia, descubrió su gusto por el vino. Y Ricardo descubrió que ella tenía una gran cualidad a la hora de apreciarlos.
Vieron que cuando alguien entendido (Oliver, Lionel o Mariela) presentan un vino, nos hablan que al olerlo se pueden descubrir aromas tales como: frutos del bosque, arándanos, nueces, vainilla, chocolate, cítricos, pimienta, moras, por citar algunos. Y uno mete, hasta la cabeza en la copa y no encuentra nada de eso. Bueno, Claudia, tiene esa cualidad. Sí puede encontrarlos.
Ahora sí, nuestra pareja andaba por el mismo rumbo. Podría decirse que bebían de la misma copa. Después comenzaron a tomar con los amigos y con los amigos de los amigos. Copa va, copa viene, se les ocurre la idea de formalizar aún más esto de beber entre amigos. Y así fue como nació en nuestro país, el primer club privado del vino, In Vino Veritas.
In Vino Veritas vio la luz a fines del año pasado e hizo su presentación en sociedad en diciembre del 2013 en ocasión del primer Wine Fashion Tour que se realizó en las calles adyacentes al Shopping del Sol. Sus creadores son Claudia Adorno (40) y Ricardo Fazio (46), nuestros personajes de la pequeña historia.
Ricardo nos comentó que la idea del club es fomentar una cultura del buen vino. Y quieren ser algo así como el punto de unión entre los consumidores por un lado y las bodegas y las importadoras por el otro. “Hay mucha gente interesada en la cultura del vino, mucha gente quiere saber del vino”, asevera. En realidad, hay mucha gente interesada en tomar vino.
“Eso sí, bajo ciertas condiciones – puntualiza Ricardo- . Primero, responsabilidad, si consume no maneje. Segundo: beber con moderación. Tercero: en In Vino Veritas, vale el respeto. Nosotros no le decimos a la gente qué tiene que tomar qué no tiene que tomar, o lo que tomó es bueno o es malo, cada cuál es libre de opinar lo que quiera. Y por último un punto ético o legal: solo desarrollamos el consumo de productos importados legalmente”.
Y lo que empezó como un hobbie se está transformando en una empresa formal. “Cada día más mi esposa se dedica a este tema y se dedica a organizar, mantener el facebook. Hoy todavía es casera la cosa, pero se va desarrollando cada vez más”, según Ricardo. In Vino Veritas tiene actualmente unos 75 socios y la expectativa es llegar 100 miembros en los próximos meses.
Para ser socio del club hay que pagar una membresía de 250.000 guaraníes mensuales. A cambio de esta cuota, el socio recibe cada mes una o dos botellas de vino de acuerdo a su precio. Es lo que se denomina Vino del Mes, un vino rigurosamente elegido gracias al asesoramiento de especialistas.
El vino que se entrega siempre es de alta gama, Premium o Super Premium, que tengan una calificación de 90 puntos o más en la escala de Robert Parker o similares. “ Y en lo posible que sean vinos no muy conocidos, y no quedarnos con Argentina y Chile, sino que recurrimos a todos los orígenes” complementa nuestro entrevistado.
De hecho In Vino Veritas ya entregó a sus socios vinos australianos, americanos y franceses. Se trata de comprender a todas las cepas y los blends. Los vinos ya entregados, como vino del mes fueron los siguientes:
Diciembre: ALTO de Alta Vista
Enero: Gauchezco Oro (2 bot)
Febrero: Beringer Chardonnay
Marzo: Penfolds Bin8 Cabernet Shiraz (2 bot)
Abril: Champagne Drappier Brut Rose
Los que vienen
Mayo: Oveja Negra The Lost Barrel (2 bot)
Junio: Terrunyo Carmenere 2007
Julio: Piccini Brunello di montalcino
Agosto: Zuccardi Tito
Setiembre: Ninquen
Octubre: Algo de Indómita probablemente Zardoz
Noviembre: Enzo Bianchi + Famiglia Bianchi 2012 (premiado)
Otro beneficio que reciben los miembros del club son los descuentos en bodegas, vinotecas y en restaurantes. Los restaurantes con beneficios son: La Roca, Uva Terra, Talleyrand, El Dorado y Sin Reservas. También beneficios en Mr. Vino por compras superiores a 200.000 guaraníes. También pueden comprar vinos con descuentos exclusivos recurriendo al catalogo del club, a mejor precio que del mercado y recibiendo el vino en su domicilio.
Cada mes, In Vino Veritas realiza un evento que se denomina Wine O´Clock, que a veces consiste en una cena maridaje, donde los socios se encuentran para comentar sus experiencias en torno al vino. Con esto empezaron en febrero y recientemente se realizó la cuarta edición en el restaurante El Dorado con una importante asistencia. Normalmente suelen reunir a 50 o más personas.
“Lo que estamos buscando es que no solamente reciban la botella de vino sino que tengan un beneficio adicional, extra, cuando va a algún lugar. La idea es que reciben un valor superior a lo que pagan”, aclara Ricardo.
Para el futuro están previendo habilitar un boutique y realizar un Wine Fun Tour a alguna bodega de Mendoza y existen socios que tienen la idea de hacer lo mismo para visitar alguna bodega en los Estados Unidos.
In Vino Veritas aglutina a personas de 25 a 65 años, ejecutivos, empresarios, profesionales liberales, entendidos, una gama muy amplia dónde la cantidad de mujeres es igual que de hombres. Gente que conoce de vino. Gente que quiere tomar cada vez mejor vino. “Ese es el desafío del club”, finaliza Ricardo.