Esto se está volviendo una crónica reiterativa. Sally pasó a otra ronda del MasterChef España. Pero no por repetitiva, es menos placentero informar que nuestra compatriota sigue adelante en el programa de talentos amateur de cocina de la Madre Patria. Esta vez, ni siquiera tuvo que pasar por la ronda de eliminación sino que tuvo un pase directo y además sacó a relucir algo que no había exhibido en los programas anteriores: cualidades para el liderazgo.
En el programa de anoche, Sally otra vez tuvo que actuar de capitana de equipo, un rol que ella no quería asumir porque en sus experiencias anteriores como tal, le fue mal a su equipo y muchos le responsabilizaron de la derrota. Incluso, los miembros del jurado, le endilgaron defectos que ella tuvo que asumirlos como propios aunque correspondieran a todo su grupo.
“Estoy harta de formar parte de un equipo débil”, declaró la paraguaya en los intermedios que pasan del programa. Y sorprendió porque al final su grupo fue el ganador, con lo que, sus integrantes se salvaron de ir a ronda de eliminación. Por primera vez, Sally recibió el delantal blanco, que le daba el privilegio, junto a su equipo, de observar desde la tribuna cómo sus compañeros competían por seguir en el programa.
“Tienes actitudes de mando, te gusta, se nota y lo haces bien. Te hemos visto cerrar bocas y que todos se concentraran en lo importante: cocinar”, le dijo, uno de los miembros del jurado al evaluar su actuación en la competencia por equipos.
Sally, no había sacado a relucir estás cualidades en los programas anteriores e incluso parecía que fuera uno de sus puntos débiles y ahora demostró que puede exhibir las uñas cuando es necesario. Incluso después se le escuchó decir “lo de ser capitana, es como andar en casa” ya un poco más canchera y denotando, en este punto, una confianza que no se tenía, al punto que parecía que quería eludir esa responsabilidad.
Lo de ser capitana, es como andar en casa…
Antes de la prueba por equipos, la paraguaya, cometió algunos errores infantiles para su nivel de cocina, en la preparación de una tarta y de un caldo, quizás por el temor de ser nominada para la capitanía, ya que los mejores son los elegidos. La tarta se le quemó un poco y el caldo no tenía mucho sabor. “Este es el caldo más soso de la historia”, le espetó Jordi Cruz, otros de los miembros del jurado y le reclamó por que un día está en un nivel muy alto y en otro muy bajo.
En este punto, hay que volver a reiterar, que Sally es una de las candidatas que mejores condiciones tiene para ganar el certamen. Tiene po he, como vulgarmente decimos nosotros. Tiene buenos conocimientos de las técnicas de preparación y elaboración de los alimentos. Uno de sus puntos débiles era la falta de liderazgo y falta todavía saber qué actitudes tiene para la creatividad y presentación de los platos. Es decir, la cocina de vanguardia, tan en boga hoy en día y el esteticismo.
Justamente, los tres miembros del jurado representan tres diferentes tendencias. Pepe Rodríguez, apuesta por la tradición, por los platos contundentes y sabrosos; Jordi Cruz, tiene la mira puesta en la cocina de vanguardia y Samanta Vallejo-Nájera, es la esteticista del grupo. Sally casi lo tiene copado a Pepe Rodríguez, en lo de sabor y tradición. Y a Jordi y Samanta, en la mitad del bolsillo. En la medida que avance en sus puntos flacos, se convertirá en una participante casi imbatible.
Ahora además, eliminados ya cuatro concursantes, van a comenzar a mostrar las uñas y los dientes. Encina, la concursante eliminada anoche, se despidió con una frase sorpresiva pero tal vez premonitoria. Dirigiéndose a sus compañeros dijo: “No se hagan zancadillas y que gane el mejor”. No es para menos, están compitiendo por un premio de 100 mil euros, y un curso de cocina en el Basque Culinary Center, una universidad gastronómica, que surge como lo más innovador en la materia.
Por lo tanto, se puede esperar que haya cuchillos por la espalda. Anoche por ejemplo, Lidia la compañera de cuarto de Sally, no la eligió para integrar los dos primeros equipos y la mandó al último, que teóricamente era el más débil pero que al final ganó la prueba. “Quizás me quiere eliminar”, comentó nuestra compatriota.
Si bien, por lo que reflejan las cámaras, en el grupo de participantes se nota mucha camaradería, puede apreciarse cierta distancia entre Sally y los demás. Tal vez sea su carácter, ya que ella es más bien perfil bajo, poco locuaz y participativa en esos bocadillos que siempre se escuchan en el desarrollo del programa.
Además, ella es la que tiene origen más humilde y es la única extranjera entre los participantes. Y por más, que no se note ningún atisbo de discriminación hacia ella, en el inconsciente colectivo de los españoles, ella es una “sudaca”. Alguien, a quien teóricamente se le puede pasar encima. Pero no saben que Sally es kuña Paraguay. Algo, que bien conoce el Papa Francisco.