Gracias al Asu Coffee Fest, el último fin de semana, el puerto de Asunción se llenó de gente. Que aparte de disfrutar de la «experiencia del café» pudo acercarse a un edificio histórico de la ciudad renovado recientemente. Y además, tuvo la oportunidad de acercarse al río, y mirar de frente a la hermosa bahía, en un sitio emblemático que habitualmente era un paseo ciudadano y lugar de concentración.
Tradicionalmente el puerto de Asunción era un centro de mucha actividad y reunión de personas porque históricamente, durante muchos años, fue la zona exclusiva de entrada y salida a la ciudad para las personas y mercaderías. Allí también atracaban los barcos de pasajeros y acuatizaban los hidroaviones. Siempre había concentración de multitudes por las más diversas razones.
Cuando en el puerto de Asunción dejaron de atracar los buques, igual seguía la actividad porque durante mucho tiempo siguieron funcionado allí las oficinas de la Dirección de Aduanas y de la Dirección Nacional de Navegación y Puertos. Cuando estas reparticiones públicas dejaron de tener su razón de se en este lugar, el gran edificio que los contenía y el inmenso muelle quedaron desiertos.
En el año 2019 comenzaron los trabajos de restauración del viejo edificio del puerto, ya que es una de las reliquias del Centro Histórico de Asunción (CHA) que data del año 1907. Las obras concluyeron el año pasado y en diciembre pasado se habilitaron las nuevas instalaciones convertidas en un gran centro de eventos culturales. El Asu Coffee Fest fue el primer gran acontecimiento que se realizó en las ahora modernas dependencias del puerto. Ya se realizaron varias actividades y eventos ciudadanos en el muelle del puerto antes del remozamiento del lugar, pero lo del último fin de semana fue algo especial.
El Asu Coffee Fest se concentró en el edificio, de dos plantas. El numeroso público asistente pudo disfrutar allí de la “experiencia del café”, conocer algo más de la producción y variedades del café, saber cuáles son los diversos modos de extracción o preparación, degustar las diferentes marcas que existen en el mercado, acompañar la bebida con los distintos bocados gastronómicos recomendados para el maridaje, incluyendo sobre todo el chocolate, uno de los acompañantes ideales del café.
Mientras los asistentes se paseaban disfrutando de los diversos y variados espacios habilitados, podían ir apreciando las características arquitectónicas del emblemático e histórico edificio y el gran trabajo de restauración realizado en el mismo. Los murales pictóricos hallados detrás de las paredes, la escalera de caracol que une el primer con el segundo piso, la recuperación del hall central y la antigua escalera que une con el muelle. Los arcos descubiertos y la estructura del techo que ahora están a la vista. Era como ir tomando café recorriendo un museo. Una multitud paseando por el renovado edificio.
Pero la magia estaba afuera, en la terraza que existe en el segundo piso y en el muelle. Allí donde la actividad se desarrollaba de cara al río. Durante el día, todo parecía normal y corriente, pero a medida que las horas se acercaban al momento en que el sol debía esconderse el ambiente comenzaba a cambiar y el público se dejaba seducir por el natural encanto que tiene el atardecer, el famoso “sunset” que todo el mundo trataba de captar con los celulares. Y la gente se agolpó hacia el río. El clima se asoció a la fiesta y el cálido sol de la tarde fue amenguando sus rigores y fue sustituido por una cálida brisa que venía desde la bahía.
La tardecita se convirtió se iba convirtiendo en noche y apareció la luna para asociarse a la fiesta. El público seguía subyugado por esa combinación de café, tanto en la terraza como el muelle, mientras se oía la música de jazz y se armó un ambiente de júbilo y algarabía nacido espontáneamente y al café ya se habían unido las cervezas y los tragos que expedían en el lugar. El horario del Asu Coffee Fest señala la hora 20 como cierre de actividades, pero el sábado debido al entusiasmo del público el horario se alargó hasta las 21 y el domingo pasaron de las 22.
“El lugar ofreció todas las condiciones para poder llevar el evento a otro nivel, no solamente por la capacidad, sino también a la calidad de la experiencia que nos brindó la ribera del rio”, destacó Juan José López, uno de los responsables del evento.
”Todo fue muy lindo, hubo un ambiente mágico a orillas del río. Recibimos felicitaciones de gente que vino de afuera que nos dijeron que fue el mejor Coffee Fest al que asistieron. Esos espacios que se crearon en la terraza y en el muelle fueron algo así como la guinda o la cereza que coronó este evento”, señaló a su vez Laura Doldán, la otra responsable del Asu Coffee Fest.
Otros detalles que convirtieron a esta jornada en un hecho histórico es que estuvieron presentes nada menos que 60 marcas, un 30% más que en la anterior edición, asistieron 5.500 personas que agotaron las entradas semanas antes de la realización del encuentro. Y sobre todo es que se abrió la posibilidad de que un espacio tan emblemático puede dar cabida a las más diversas actividades por las funcionalidades que posee. Y como lo decíamos notas atrás el Asu Coffee Fest arribó a buen puerto.