A pesar de la gran cantidad de oferta que existe en la ciudad, hay todavía quienes apuestan por una pizzería y que tratan de encontrar en ese mercado algún factor aun no explotado o poco desarrollado que llegue a un nivel de “asombroso” para la clientela. A eso apunta Guillermo, quien junto a su señora comenzó a experimentar con la pizza en la casa y ahora espera que el éxito llegue como llegó en ocasiones anteriores. Recientemente se inauguró la pizzería Mozzafiato, ubicada en Souza casi Cruz del Chaco, en Villa Morra.
Guillermo no es un primerizo en los negocios gastronómicos. Pero, su historia es reciente y vertiginosa. Él es un analista financiero que siempre se sintió atraído por la gastronomía y así fue que se inició en el rubro sin más bagaje que un gran entusiasmo y ganas de aprender. Hace pocos años comenzó con un delivery de comida china. “No tenía idea de lo que era la gastronomía, la comida china ni el delivery”, según el mismo lo reconoce.
Y el primer día que abrieron tuvieron 70 pedidos y la sorpresa que tuvo se convirtió en shock. Les fue bastante bien y enseguida comenzó a centrarse en otros objetivos. Vendió a un amigo el negocio de comida china que tenía en Lambaré e inició su proceso de interés hacia las hamburguesas, cuando este producto aún no había desarrollado la explosión que tuvo y Walterio y Santa Gula, eran cuando eso, algo así como los máximos exponentes de una nueva generación de hamburguesas.
Guillermo barajaba la posibilidad de habilitar un carrito solamente, pero se dio la oportunidad de alquilar un local y de vuelta el éxito fue repentino. Un artículo en un medio de prensa le dio un empujón publicitario y prácticamente se vieron rebasados. Pero el buen producto, la buena atención y los buenos socios comerciales que tenía fueron fundamentales para mantener el éxito que lograron con La Burguería.
Bueno. Ahora viene la historia de la pizzería. Así como ocurrió con el delivery de comida china y la hamburguesería, la pizzería era para encarar un proyecto modesto y ver cómo el público aceptaba el concepto. Inicialmente, solo pensaron en un servicio de delivery. Pero nuevamente, la oportunidad vino a golpear a la puerta y tuvieron la ocasión de alquilar un local sobre Souza en el lugar señalado más arriba, que se ha convertido en una especie de paseo de locales gastronómicos cada vez más concurrido.
Guillermo involucró a su señora Verónica y juntos comenzaron a experimentar con la pizza. “La zona daba, el local daba, por eso nos animamos a conseguir fondos porque sabíamos que si planteamos un buen producto, un local bien llevado, calidad de los servicios, precio razonable, creemos que iba a poder pegar”, nos decía casi envalentonándose con la experiencia que ya habían adquirido en La Burguería.
El matrimonio es fanático de las pizzas napolitanas. “Tiene una rusticidad, una simpleza y la vez una complejidad. Juega con ingredientes sencillos pero consigue sabores que te recompensan, que generan una reacción”, nos cuenta al describir el tipo de pizza que tienen en Mozzafiato. En todo momento tratan que el pan, el queso y la salsa de tomate se noten nítidamente al consumir el producto. Consideran que el negocio tiene tres ingredientes principales: el local, el producto y el servicio. “El servicio tiene que ser bueno, para nosotros es más como una hospitalidad al estilo de los antiguas «osterías» italianas, eso es lo que queremos proyectar en la gente que viene acá”, aclara Guillermo.
Mozzafiato está ubicado en un lugar donde se han reunido varios restaurantes de alta gastronomía. Podríamos decir que es un local de alta gama. Si bien hay mucha sencillez en la ambientación, ésta trasciende lo que es una mera pizzería e incluso ofrece una comodidad similar a los locales gastronómicos de la zona. Tiene una tatakuá que construyeron dentro del salón que se calienta a leña y puede alcanzar temperaturas próximas a los 500 grados.
La leyenda «Pasión, pizza y leña» describe bastante bien al local. Los dueños pusieron bastante interés en conocer los secretos del producto que ofrecen para ser personas que no tenían idea de lo que era. Así fue que llegaron a replicar la receta napolitana: una masa que dejan levar durante 24 horas y que después estiran lentamente a mano, agregando luego la salsa de tomate, el queso y los ingredientes en combinaciones que buscan agregarle personalidad y diferenciación con respecto a otros locales.
Un minuto y medio o dos deja la pizza lista y sale del tatakuá con un pequeño carbonizado en la masa lo que le da un sabor interesante. Hay 16 sabores diferentes. El día de la inauguración nosotros nos detuvimos en la que venía con jamón y abundante rúcula. El resto de las variedades dejamos para que los lectores vayan a descrubrirlas. Se abre de lunes a sábado solo en el horario de la noche y sirve exclusivamente pizzas. Hay bebidas de todo tipo y hacen hincapié en los tragos. Los precios no son caros, más bien están en un rango intermedio.
Lo asombroso es el nombre. Pues Mozzafiato significa eso en italiano. Según Guillermo el nombre Asombroso (Mozzafiatto) puede parecer un poco presuntuoso pero lo adoptaron por dos razones. Primero, porque querían salir del lugar tradicional (Pizzería…) y segundo porque es la vara que se han puesto, es decir el objetivo al que apuntan llegar. De momento, para nosotros, sigue siendo el objetivo a alcanzar. Pero el que se hayan fijado esa meta y que lo intenten vale un voto de confianza.