Después de la muerte de Diego Armando Maradona se comenzaron a divulgar anécdotas, mitos y leyendas pocos conocidos del gran astro del fútbol mundial. Entre ellos, sus platos preferidos. Un medio argentino incluso enumeró las 10 comidas predilectas. Entre ellas no figuraban la sopa paraguaya ni la milanesa de surubí, que le preparaban su mamá. Los padres del Pelusa eran de Corrientes e incluso Diego reconoció en un reportaje que tenía sangre guaraní.
El 25 de noviembre de 2020 falleció Diego Armando Maradona en gran ídolo argentino y desde entonces para evocar su memoria, aparte de sus grandes logros deportivos salen a relucir pasajes de su rico anecdotario de vida. No podía faltar en el recuento que se hace periódicamente de su vida, la investigación acerca de cuáles eran las comidas favoritas del Pelusa, como le llamaban cariñosamente sus compatriotas.
Al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, un sitio web argentino vinomanos.com, divulgó una lista de lo que serían los 10 platos preferidos por Maradona. La lista incluye las siguientes recetas:1) Ranas, 2) Milanesas, 3) Asado, 4) Pizzas, 5) Risotto, 6) Alfajor de maicena, 7) Feijoada, 8) Estofado de pollo, 9) Vino y champagne y 10) Fiambre. El artículo no señala si esa enumeración establece un grado de preferencia. En cada ítem explica la publicación cómo y dónde nació esa preferencia gastronómica de Maradona con una breve historia o en su caso la anécdota que le dio origen.
Los padres de Maradona eran oriundos de la ciudad de Corrientes. Don Diego Maradona conocido como Chitoro y Dalma Salvadora Franco “Ña Tota” emigraron al Gran Buenos Aires estando casados y con hijos. Diego Armando nació en un hospital de Lanús. No se conocen referencias acerca de los abuelos de Maradona, pero el ex astro argentino reconoció en un programa de televisión que llevaba sangre “guaraní”. Doña Tota habiendo sido muy diestra en la cocina de seguro que tenía un gran bagaje gastronómico paraguayo.
En los tantos programas de televisión evocativos de la memoria de Maradona, a menudo aparece Guillermo Coppola, un conocido empresario que fue durante 18 años el manager del jugador del fútbol. Una de las personas que más conocía al jugador porque convivió con él durante mucho tiempo participando de sus momentos felices y los no gratos. Por lo tanto, testigo y coprotagonista de las andanzas de Diego.
Una de las anécdotas memorables que Coppola suele contar de Maradona se encuentra aquella que hace referencia a las preferencias que tenía Diego sobre la comida paraguaya. Estando el jugador militando en el club Napoli, de Nápoles de Italia le dice a su manager que le pida a Ña Tota que le traiga la comida que tanto le gusta cuando venga a verlo a la mencionada ciudad italiana. Coppola cuenta que Don Diego y Ña Tota el día que llegaron a Nápoles, fueron directamente del aeropuerto al estadio San Paolo, para ver jugar al hijo.
A los 15 minutos de haber comenzado el partido, Don Diego y Ña Tota, llegan a la platea del estadio, donde estaban varias personalidades, entre ellas Sofía Loren. Ña Tota portaba una caja de la cual se desprendía un olor que impregnaba todo el palco. “Ña Tota, porque trajiste acá la comida”, le pregunto Guillermo. “Es que tiene que airearse”, le respondió la mujer. Es que la encomienda llevaba 14 horas de vuelo desde Buenos Aires a Nápoles y dos horas de camioneta desde el aeropuerto al estadio. Mientras tanto, el público del palco quedaba anonadado por la experiencia.
¿Qué había en la caja? Nada menos, que sopa paraguaya. Pedido especial de Diego Armando Maradona. Guillermo Coppola contó esta anécdota no en un programa referente a las preferencias gastronómicas de su representado, sino en el marco de las experiencias más notables y auténticas que vivió junto al astro argentino. Además de reveladora del gusto culinario del extraordinario jugador.
En la relación a los gustos de Maradona, y como anécdota inolvidable Coppola refirió en un programa de radio la siguiente experiencia: “Me acuerdo de que Doña Tota, nos hacía milanesas de surubí. Y un día hicimos una competencia, yo comí 12, de tamaño normal y Diego comió 18”. De niño, adolescente y de joven Maradona habrá disfrutado de las delicias que preparaba su madre. Las dos anécdotas que recogemos en esta nota se produjeron cuando el jugador era ya una persona adulta y un reconocido profesional. Es decir que mantuvo sus preferencias gastronómicas.
Maradona era un personaje del jet set internacional y con acceso a los más privilegiados círculos sociales del mundo. Recorrió países y ciudades habrá vivido en los más prestigiosos y lujosos hoteles y concurrido a los más destacados restaurantes. Por lo tanto, a su alcance estaban las recetas más cotizadas de la alta cocina. En cada ciudad donde le tocaba residir por sus actividades profesionales tenía gustos locales tanto con relación a platos específicos o locales gastronómicos predilectos. Pero nada puede compararse a la exclusividad de las comidas preparadas por su madre, todas de origen paraguayo.