El cielo estaba tan encapotado como en los días anteriores. El celular marcaba que hacía 13 grados. Y no había ni esperanzas de que el poncho de los pobres nos diera un poco de calor. Íbamos para hacer una nota a una heladería. Pero el cuadro de situación que nos hacíamos era más bien para una cafetería. Pero ¡oh sorpresa!, nos ofrecieron helado caliente. Sí helado, con todas las letras, solo que caliente. Quedamos Chochos de contentos. Ahora les contamos.
Nos sorprendió la idea. En la carta figuraban helados calientes. Calientan el helado con un poco de leche para que al derretirse no sea tan espeso y empalagoso. Y se sirven en grandes tazas de loza. Es bebible, como si fuera café o chocolatada, pero con un inconfundible gusto a helado. Y con olor a helado. Para los que quieren llevar o pedir por delivery utilizan tacitas de cartón igual a las que usan las cafeterías. Se acompaña con una mini pastafrola o un mini brownie.
Nada de otro mundo. Pero se trata de una idea original y oportuna, más aun teniendo en cuenta el inusual y prolongado invierno que estamos experimentando. Oportuna, tanto para el vendedor como para el cliente. Pero este producto, no es la única cosa curiosa de la heladería en cuestión. Comenzando por el nombre, Chocho Heladerisa. Haciendo alusión a que en una heladería uno se pone contento, cae a veces en la risa y muchos hasta quedan chochos, niños y adultos incluidos.
No todos los sabores de helados que tienen pueden servirse calientes. Probaron con todos los gustos y tras una serie de pruebas, eligieron ocho gustos que son los que quedan con un sabor aceptable. Hay de vainilla, dulce de leche, coco, maní, almendrado, frutilla a la crema, bollo y piña. Probamos dos de ellos y la experiencia fue gratificante. “En las redes sociales fue todo un éxito pero acá en el local no es que se venda como un helado normal”, nos dijo Fernando Uriarte, propietario y creador de la marca.
“Cuando empecé a evaluar el mercado vi que faltaba una alternativa, más joven, más divertida y que valore más lo nacional. En vez recurrir a los sabores tradicionales, pensamos que era mejor incursionar en sabores habituales de la gastronomía paraguaya y hacer helados de bollo, pastafrola, batata con queso, kai ladrillo, dulce de guayaba con queso, así nacieron los helados de Chocho”.
“Después pensamos en los sabores del verano, el jugo de piña con menta, zanahoria con naranja, trabajamos con frutas como la guayaba. Tenemos sabores de invierno como el cocido con leche, kibebe. También sabores que me llamaron mucho la atención como el roquefort, aguacate con wasabi y remolacha”. Existen en total 30 sabores incluyendo los clásicos como dulce de leche, almendrado, americana, chocolate y tres que son con alcohol Caipiriña, Cerveza Pilsen y Fernet con Cola. “Porque aparte de paraguayos, jóvenes y divertidos, somos innovadores”, justificó Fernando.
Chocho Heladerisa vende helados crema, helados palito, torta helada y los helados calientes. Para potenciar la marca algunos productos llevan la terminación cho, así hay cucurucho, vasicho, palicho y calenticho (helado caliente). Tienen servicio de delivery y realizan catering para eventos y cuentan una barra de tragos que se elaboran con helados. No venden nada fuera de helado como lo hacen muchos locales del ramo. “No está mal, pero si yo meto café y cosas para comer cambia el público al que yo apunto”.
Heladerisa Chocho, nació en enero pasado en San Bernardino. En diciembre, del 2017 Fernando consiguió la financiación para su proyecto y en menos de 15 días montó un local, como una especie de banco de pruebas y pasada la temporada veraniega se instaló en el Paseo Carmelitas, allí donde antes estaba el restaurante Dos Mares. El local tiene una estética muy juvenil, colorida, con predominancia de los tonos pasteles y un amoblamiento casi minimalista.
En junio pasado, Fernando se retiró de Cervepar tras muchos años de trabajo en el sector de marketing. Hacía ya un tiempo que tenía la intención de emprender algún proyecto propio. Parientes que tiene en la Argentina, le interesaron en el negocio del helado y tras una investigación de mercado decidió viajar hasta Buenos Aires para capacitarse en la producción de helados y en el manejo administrativo de una heladería. Con la ayuda de asesores argentinos llevó adelante su idea.
Su empresa terceriza la producción del helado. El se encarga de elaborar las recetas y junto a su maestro heladero alquilan una fábrica de helados que tiene capacidad ociosa. En el futuro, piensa contar con su propia planta industrial y conforme vaya el negocio hay posibilidades de abrir nuevos locales e incluso franquiciar la marca.
“Hasta ahora los comentarios son positivos. A la gente le gusta el local. Queremos que la atención sea la más cercana posible. Queremos que vengan a probar nuestros sabores, todos nuestros sabores, incentivamos la prueba. Queremos que la experiencia sea buena, que el cliente este chocho”, fijo finalmente Uriarte