Y viceversa. Paraguay toma en serio al vino argentino. Esta mutua relación generó hace pocos días el evento más trascendente que se haya realizado en el país, en torno al mundo del vino. 36 bodegas argentinas, 12 de ellas sin presencia local estuvieron en una expo Premium realizada en el Hotel Sheraton. No sólo hubo degustaciones, también capacitaciones y charlas de un nivel hasta ahora inigualables. Así, Argentina quiere instalar en Paraguay su potencial vinícola.
Todo estuvo patrocinado por Wines of Argentina, el organismo encargado de la promoción del vino argentino en el mundo e integrado por las bodegas. Ya realizó este tipo de promociones en 50 países diferentes, en 72 ciudades distintas, pero es la primera vez que en América Latina realizaba un encuentro de esta naturaleza con la presencia de tantas bodegas. Doce bodegas estuvieron presentes para buscar importador en nuestro país.
“Cinco de ellas están en avanzadas negociaciones y otras cuatro que ya tuvieron contactos antes del evento aprovecharon la ocasión para hacer probar sus vinos”, nos dijo Sebastián Oviedo, Latam Senior Asistent de Wines of Argentina. “Estamos muy satisfechos con el evento por la gran cantidad y calidad del público que estuvo”, agregó.
Cerca de 250 personas asistieron a la presentación y degustación de los vinos. Más de 300 participaron de las charlas. “Estuvo fantástico, se superaron todas las expectativas, en materia de concurrencia”, nos decía Ricardo Fazzio de In Vino Veritas que se encargó de la organización y realización del evento. También se superaron todas las expectativas en materia de organización, que rayó la perfección.
La asistencia fue selecta. Fue por invitación y estuvo destinado a importadores, dueños de bodegas, propietarios y gerentes de restaurantes, sumilleres, trabajadores de locales gastronómicos, wine lovers e influencers, así como representantes de la prensa especializada. La entrada era gratuita para la expo como para las charlas y capacitaciones.
La expo tuvo lugar en el grand salón del Hotel Sheraton. La mecánica fue la misma que se utiliza en la expo vino. Cada uno con su copa y stands con mesas donde las bodegas daban a conocer y degustar sus vinos. Había mesas gastronómicas al estilo buffet. Allí se reunió la crema y nata del mundo del vino local. Especialistas y aficionados, profesionales y amateurs, concentrados en un espacio más pequeño, lejos de la multitud de una expo vino que hoy por hoy se convirtió en un evento social más que nada. Es decir estuvieron en su salsa.
Hubo muchas sorpresas, sobre todo las presentadas por las bodegas que no tienen presencia en nuestro país. Jasmine Monet Organic Vineyard, bodega de Mendoza presentó unos atractivos espumantes orgánicos; Bodega Atupalka, de Salta, trajo unos vinos malbec de altura, en ambos sentidos (altitud y calidad); Barbarians Wine Group, de Mendoza , presentó una variedad de destacados tintos, sin barrica; la innovadora Corbeau Wines (Mendoza) presentó Pixels, una línea joven con realidad aumentada en cada etiqueta; Bodega Familia Cecchin, trajo cinco etiquetas de vinos orgánicos, algunos de ellos sin sulfitos, entre otros.
Las bodegas que ya tienen importadores también ejercieron atracción. Wines & Spirits, con el Big Bat 2014, cabernet sauvignon, sin barrica y sobre todo con Unánime, un blend también sin barrica. Así como el Judas, malbec 2015 de Bodega Sottano. O el Gran Lurton Tinto 2013 de Bodega Piedra Negra. Y el Nina Gran Petit Verdot 2014 de San Huberto. Y paramos de contar, más bien de tomar. Pero igual pudimos apreciar que muchas etiquetas no se ven en Asunción, porque sus importadores tienen sede en Pedro Juan Caballero y Ciudad del Este, como es el caso de Shopping China.
Pero no todo fue tomar vino. También hubo charlas. Perdón, en las charlas también se degustaba porque las exposiciones iban acompañadas de catas. Alejandro Iglesias, conocido sommelier argentino, y respetable comunicador sobre vinos, nos dio un paseo por todo su país, con especial énfasis en las regiones y varietales. Algunos salimos un poquitín mareados, no por la exposición, sino por la gran cantidad de copas que tuvimos que degustar, doce en total.
Todo lo que pasó, viene a cuento de que Argentina quiere aumentar los 20 millones de dólares en vino que vendió a Paraguay en 2017. Para eso, trae a nuevas bodegas, capacita al mercado vendedor y consumidor y además viene a informarnos de que es uno de los países más emocionantes del mundo del vino. Y lo tenemos aquí cruzando el río.
Iglesias decía que Argentina atraviesa en materia de vino un momento de redescubrimiento. Gracias sobre todo a una nueva generación de enólogos. “El ritmo de cambio detrás del estilo de sus vinos es muy rápido. Siempre hay novedades”, destacó en una de sus charlas. Ofrece variedad de estilos, orígenes e historias y diversidad de cepas, siendo un país con una vieja tradición en la materia y con una importante cultura de consumo un país de vieja tradición siendo como lo que se conoce en materia vitivinícola del Nuevo Mundo.
Argentina es el octavo país más extenso del mundo con una longitud de 3.800 kilómetros de norte a sur, lo que le permite cultivar viñedos de calidad en mayores superficies que en otros país y además en una gran diversidad de terroirs. Esto es lo que da lugar a que pueda producir vinos tintos, jóvenes y ligeros, vinos tintos estructurados y con buen cuerpo, vinos blancos secos, frutados y aromáticos así como espumosos de nature a dulces y rosados. Factores clave para esta diversa producción son: diferencias de altitud y latitud, la presencia de los Andes, la variabilidad de suelos y la pluviometría.
El vecino país ya es el quinto productor mundial de vinos, noveno exportador, octavo país en superficie cultivada y séptimo en consumo mundial. En esta serie de datos Paraguay aparece como séptimo país en importancia para las exportaciones y apenas estamos empezando a conocer a las 881 bodegas elaboradores que existen en Argentina. En abril del año que viene está programado un nuevo Wines of Argentina Tasting en Asunción, y tendrán que extremar recursos para estar al nivel de lo que fue la primera experiencia.