Por varios motivos. Por primera vez en 15 emisiones, se presentó un plato digno de aspirantes a cocineros. También, por primera vez, en la ronda eliminatoria los miembros del jurado juzgaron los platos en base a cualidades positivas no a tenor de los errores cometidos. No menos sorprendente, resultó el hecho de que, el a priori calificado como peor de todos, se despachó como el mejor, en una prueba muy difícil, y el eliminado fue Mauricio.
¡POR FIN! Eso fue lo que exclamaron Euge Aquino y Rodolfo Angenscheidt cuando probaron la presentación del chinito Joseph. José Torrijos incluso lo felicitó. Siendo la primera felicitación de todo el programa. El Chapori incluso llegó a decir que el plato le daba la impresión de estar comiendo en un restaurante chino. Y lo mandó directamente al balcón sin esperar a que culmine la ronda de juzgamiento.
ESTABA EN SU SALSA. La consigna de la primera prueba era preparar un plato con costilla o lomito de cerdo. Era como un centro que tiraban a Joseph para que diera un cabezazo al gol. A su juego le llamaron. Preparó un cerdo agridulce con arroz blanco, un plato tradicional de la cocina china. “Naciste con eso”, le sacó en cara Eugenia tratando de explicar la buena actuación del chinito. “Nunca hiciste nada bueno”, agregó Rodolfo ambos extrañados por el logro de Joseph.
LOS CUATRO DEL RITMO. Tras la gesta del marrano, quedaron sentenciados a la ronda de eliminación Alan, Mauricio, Diego y Luis. Un cuarteto muy reñido y de idénticas posibilidades. Aunque Alan, Mauricio y Diego se regodeaban con presencia de Luis, a quien consideraban el candidato seguro para la eliminación. Ni siquiera sospechaban lo que muy pronto, iba a ocurrir…
VOLCANES EN ERUPCIÓN. La prueba eliminatoria consistió en preparar el famoso Volcán de Chocolate con crema inglesa y un coulis de frambuesa. El principal requisito era que partido el volcán éste dejara salir el chocolate cremoso que lo caracteriza, cual si lava se tratara. Todos pasaron la prueba pese a que la preparación requiere de conocimiento y pericia porque tiene un juego de temperaturas, tiempo de cocción y textura, conocimientos de los que no hicieron gala los participantes a lo largo del programa.
EL ENGAÑO DE LUIS. Como siempre fue un manojo de nervios. Se le llegó a quemar un poco el chocolate. Pidió ayuda a sus compañeros porque no le alcanzaba el producto. Y se lo negaron, porque se trata de una competencia. Tenía una cara de carnero degollado y todos daban por sentado que la puerta de salida ya le estaba esperando. Pero, ¡oh sorpresa!, fue el primero en terminar y tras el juzgamiento su volcán de chocolate fue el mejor de todos. Bien el coulis, bien la crema inglesa. ¿Cómo logró hacerlo, alguien quien en pruebas anteriores tuvo errores elementales en preparaciones mucho más simples? Será que dominaba la técnica del volcán o que estuviera disfrazando su verdadera capacidad. Ojo, que amenazó con destapar al verdadero Luis, como reacción por la falta de solidaridad de sus compañeros.
COCINEROS AL FIN. Durante casi todos los programas Rodolfo se refería a los participantes llamándolos Aficionados, Amateurs –algunas veces incluso los llamaba zapateros, pero esto no salía al aire en el programa- anoche se refirió a ellos por primera vez como Cocineros. Fue porque los que llegaron a la ronda de eliminación presentaron un plato bien terminado en donde el juzgamiento se basó en las mínimas diferencias que había en el sabor, en la textura, la cocción y la presentación. No precisamente en los errores gruesos.
LA MAGIA DE LA TV. El salto triple que dio Luis con el volcán de chocolate. El nivel que presentaron sus compañeros en la misma prueba, no se compadece con lo que han demostrado a lo largo del programa. Es más, en la primera prueba de anoche, cuando tuvieron que cocinar la carne de cerdo, ninguno pudo hacer gala de alguna creatividad o cierto conocimiento especial. Casi de 0 aceleraron hasta 8. Y aquí hay que entender que se trata de un programa pregrabado. Y se edita previamente. No todo lo que se ve en la pantalla es lo que pasa en la realidad. Como cuando algún miembro del jurado advierte que faltan equis minutos y uno ve que es imposible que lleguen a tiempo con sus preparaciones. Y en la siguiente imagen ya están los platos listos y a veces prolijitos. Uno se pregunta ¿cómo lo hicieron?. Magia televisiva.