Culminó anoche la Expo Vino. Fue la mejor de todas las ediciones realizadas hasta ahora. La calidad y cantidad de los vinos presentados así lo avala. El apoyo del público también. Las cifras oficiales dan cuenta que ayer asistieron 1.450 personas. Un poco más que el día anterior. Redondeando el total, casi igual que el año pasado. Lo llamativo fue la multitudinaria presencia femenina.
La incursión de las mujeres en el mundo del vino, no es nueva, pero tampoco de antigua data. En nuestro país es muy reciente y por lo que vimos en la Expo Vino es avasalladora. Grupos amplios de mujeres compartiendo con una copa de vino en la mano nos hace comparar esas reuniones de varones alrededor de mesas llenas de cerveza. Ver a las damas empinar el codo no es una imagen cotidiana del paisaje costumbrista local.
¿Cuántas mujeres hubo? Imposible de calcular, no se llevan registros al respecto. Pero cuando uno verifica las fotos del evento, es impresionante comprobar cómo la presencia femenina resalta en todas ellas. En realidad la cantidad exacta no importa, sino más bien, el hecho en general. Un fenómeno que se va repitiendo en nuestro ambiente y que da lugar a varias interpretaciones.
La propietaria de una conocida pizzería nos decía que mucha gente iba para “caretear”. Es decir no porque les interese la actividad sino para “mostrarse”. Y es que la Expo Vino se convirtió en una actividad fashion, un encuentro social que ya figura en el calendario de los imperdibles del año. Además, en el ambiente gastronómico local es muy común eso de asistir a los locales para “ver y ser visto”.
Nidia Perilla, chef colombiana radicada en el país, ve muy natural la incursión de las mujeres en el mundo del vino, porque considera que la proverbial delicadeza que ellas exhiben, marida perfectamente con una bebida que apunta a exaltar, explotar y aprovechar muchas sensibilidades de los seres humanos.
Cualquiera sea el punto de vista, esta manifestación representa un crecimiento y un avance en la cultura del vino. Es quizás una de las explicaciones del aumento del consumo y la venta de vinos en Paraguay. Además de la difusión y la amplitud de ese consumo. Christian Kennedy, directivo de London Import y uno de los principales organizadores de la Expo Vino comentaba que la “mujer es mucho más curiosa que el hombre” y que por lo tanto está más abierta a experimentar y a conocer nuevas tendencias.
Solía decirse, reiteradamente, que los vinos blancos y rosados eran para las mujeres. Esto está pasando casi por completo a la historia. Rafael Miranda, enólogo de Trivento, quien estuvo presente en la Expo Vino se sorprendía al ver que las féminas se acercaban a los stands y pedían Cabernet Sauvignon, casi casi el peso pesado entre las cepas. Claro que hay que recalcar que en esta oportunidad, no hubo mucha exposición de blancos y rosados, nada de espumante, porque como hacía un fresco bastante agradable, los importadores aprovecharon para poner a consideración los tintos que “estiran” más con esta temperatura.
Otro detalle, por demás interesante, es que la mayoría de los asistentes eran jóvenes, hombres y mujeres. El perfil que puede trazarse es que la mayoría de los asistentes tenían, de 25 a 35 años, universitario o profesional independiente, clase media a clase media alta. Es decir el target que generalmente domina en todas aquellas actividades que podrían generalizarse como lifestyle. Las personas mayores que eran generalmente las que dominaban este ambiente tuvieron que ceder la hegemonía.
En fin, hay que decir que la Expo Vino está cumpliendo cabalmente la intención de abrir fronteras en nuestro país. Hay un crecimiento ostensible en la oferta y en la demanda. Y ahora que por un lado, mermó el contrabando desde la Argentina y cesó el intenso flujo desde nuestro país al Brasil, se espera una mayor dinamización del mercado interno que de seguro traerá novedades. Lástima que hay que esperar todo un año para una nueva Expo Vino.
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