Sorpresivamente, esta tarde le cayó un desalojo judicial a Hard Rock Café y tuvo que abandonar sus instalaciones del Hotel Guaraní. Aparentemente fue debido a la falta de pago de alquiler. Aunque la empresa en su Facebook alegó que estaban cerrados por relocalización. Se trata de una de las más caras franquicias gastronómicas que se instalaron en la ciudad al amparo de boom gastronómico.
Hasta ayer Hard Rock Café estuvo trabajando normalmente. Incluso posteó en su página en Facebook. “Empezá la semana con todo con el 2×1 de hamburguesas”. Nadie sospechaba que verdaderamente iban a empezar “con todo”. Los medios de prensa no tuvieron acceso a la resolución judicial que originó el desalojo pero había presencia policial para ejecutar el mandato.
Arturo Cardús, gerente de la empresa, dijo que no se trató de un desalojo sino que hubo un acuerdo para realizar una mudanza, pero todavía no tenían definido a que local iban a mudarse. “El centro se volvió muy inseguro y tenemos pensado relocalizarnos en Villa Morra o en Carmelitas. Reabriremos después de Año Nuevo”, dijo a los requerimientos de la prensa.
La versión que corría en el lugar era que Hard Rock Café debía al Hotel Guaraní 18 meses de alquiler pero no se pudo confirmar oficialmente. Funcionarios del hotel comentaron que en realidad el trato de alquiler se realizó directamente con el IPS, que es la propietaria del emblemático edificio. Normalmente, la empresa propietaria de la franquicia realiza un estricto y permanente control del funcionamiento de sus franquicias y teóricamente no permitiría semejante comportamiento administrativo.
Hard Rock Café Asunción soportó este año una demanda por estafa en la persona de Wilfrido Cardús, el socio mayoritaria de la empresa y padre de Arturo Cardús, el actual gerente. Fue presentada por tres socios en la empresa. No sabemos si la acción todavía sigue su curso o si las partes llegaron a un acuerdo al respecto.
Hard Rock Café es una de las más famosas e importantes franquicias del mundo. Se instaló en Asunción en el 2014, luego de una inversión de 3 millones de dólares. Sus instalaciones se realizaron en lo que sería la parte externa del primer piso del Hotel Guaraní y como el edificio no podía modificarse, ya que se trata de un ícono arquitectónico, se hizo una moderna y especial estructura. De manera que, si alguna vez llegaba el momento en que debía marcharse, el hotel quedara como estaba originalmente y sin modificaciones. Parte de esa estructura, así como los muebles del lugar, permanecen apilados fuera del hotel en plena calle.