Alta cocina con valores, así se llama el proyecto que desde agosto desarrollará el equipo de chefs y cocineros del mejor restaurante del mundo: El Celler de Can Roca, España. Realizarán una gira por México, Colombia y Perú para promover el talento culinario de los jóvenes en los lugares que visiten y el trabajo de los productores locales.
Los hermanos Joan, Jordi y Josep Roca son los dueños del restaurante que hace poco tiempo fue proclamado en Londres como el mejor del mundo, por la revista Restaurant Magazine. Está situado en Girona, España y cerrará durante el verano europeo, en agosto, para llevar adelante el estimulante proyecto social y cultural.
Uno de los objetivos principales es la formación de jóvenes cocineros peruanos, mexicanos y colombianos que pasaran luego cuatro meses en las cocinas del Celler de Can Roca para ganar experiencia y al volver puedan montar su propio negocio en sus ciudades de origen con la financiación del BBVA, banco que patrocina el emprendimiento.
En los lugares que visiten, Joan, Josep y Jordi investigarán quiénes son los pequeños productores que hagan «cosas interesantes» y cocinarán los productos «in situ», con lo cual buscan darles un valor culinario y que obtengan «visibilidad» en todo el mundo.
«Conceptualmente es algo nuevo, ningún restaurante se había planteado eso y, sobre todo, en nuestro restaurante, en el que podríamos habernos quedado quietos, parados, porque nos va muy bien. Pero lo que nosotros hemos hecho siempre, no sólo ahora, es ser inconformistas y demostrarlo, y por eso hacemos este tipo de cosas», cuenta el chef español Joan Roca.
«Latinoamérica sigue siendo una despensa desconocida, por eso empezamos por aquí. Es un tributo, es como dar las gracias por todo lo que han ofrecido a la cultura y a la cocina mundial. La cocina española o catalana no sería lo que es hoy sin esos productos que llegaron de allí. Por eso es un homenaje a esas tierras que nos han dado tanto gastronómicamente hablando», expreso Joan a los medios periodísticos en su país.
«Quizás, algunos de estos productos nos los quedemos y nos los traigamos para España para poder investigar más sobre ellos -dijo- y, de lo que resulte de esta investigación nuestro departamento de creatividad de El Celler de Can Roca, pasaremos la información a los agricultores y productores para que puedan utilizar todo el trabajo que vayamos haciendo».
Joan Roca explicó que el proyecto Alta cocina con Valores supone un ejemplo de que la gastronomía puede servir como motor de desarrollo social. “Sabemos que por nuestra forma de entender y vivir el restaurante no tendría sentido abrir otro Celler lejos de Girona”.
“ Sin embargo, no queremos renunciar a explorar nuevos paisajes, nuevos productos y a conocer a personas de otras latitudes que nos ayuden a crecer profesionalmente, a renovar nuestra ilusión y que aporten un nuevo impulso a nuestro trabajo creativo”.
“ Por ello hemos decidido que sea el propio Celler, con todo su equipo, quien emprenda un viaje de verano que estamos convencidos de que será inspirador para todos nosotros, que enriquecerá nuestra despensa y la creatividad de El Celler y que nos permitirá poner en marcha un estimulante proyecto social y cultural”.
También fue categórico al reconocer que entorno al negocio de la cocina hay un gran entramado de pequeños productores, «un montón de gente que vive de esto».
«Si fuéramos responsables e hiciéramos bien las cosas tendríamos que apoyar a esos productores en lugar de a las grandes producciones masivas. Aunque, por otro lado, estas también son necesarias porque hay otro problema en el mundo que es el hambre y tampoco podemos ser puristas», expresó finalmente.